Isla Brava, remota y cautiva

Fecha: 4 de abril de 2021 y 7 de septiembre de 2021 Brava, al igual que Santo Antão, no tiene aeropuerto, sin embargo, el acceso hasta la isla es mucho más complicado, pues no dispone de varios ferrys al día que la comuniquen con la isla más cercana: Fogo. Las conexiones marítimas entre ambas islas son pocas, mediocres, variables e inciertas. No obstante, la conocida como “Isla de las Flores” no iba a quedarse fuera de nuestro radar. Como explicaba, es muy complicado ir a pasar un fin de semana a la isla, porque las conexiones no lo permiten. Sin embargo, aprovechando un feriado, habíamos comprado el ticket de barco para salir un viernes por la tarde y regresar un

Tarrafal, la última esperanza de Santiago

Hoy voy a dedicar esta entrada a la ciudad de Tarrafal, en el extremo norte de la Isla de Santiago, y única playa de arenas blancas de la isla. Esta entrada está compuesta por fotografías y excursiones hechas en diferentes fechas a lo largo del año y medio que llevamos ya en el país. Tarrafal es el destino de fin de semana de todos los habitantes de la Isla de Santiago; es fácil encontrarse con habitantes de Praia con los que te cruzas cada día en el mercado, disfrutando de un esmoregal o un atún grelhado en uno de los restaurantes cercanos a la costa. Se encuentra aproximadamente a una hora y media de camino desde la capital, y para

Ribeira da Barca y su Laguna de Aguas Belas

Fecha: 3 de octubre de 2020 Seguimos aprovechando los fines de semana para hacer escapadas por los múltiples lugares desconocidos de la Isla de Santiago. Ciertamente son pocas las informaciones turísticas que uno puede encontrar en Praia o en internet. Llama la atención, primero, que un lugar tan pequeño esconda tantos secretos, y segundo, lo fáciles que serían de sistematizar esos “tantos” secretos. Poner a disposición del turista todos estos destinos sería una tarea no demasiado complicada; sin embargo parece que alguien haya tomado la decisión de mantenerlos ocultos para darle un misticismo y singularidad especial a todos estos recovecos maravillosos. En esta ocasión, acompañados de Belén, nos fuimos hasta el pequeño pueblo pesquero de Ribeira da Barca; un poco

Sal Rei, una pequeña capital frente al viento

Fecha: del 27 de octubre al 2 de noviembre de 2020 Como no todo iba a ser recorrer caminos polvorientos, los últimos dos días los pasamos entre la playa de Chaves y la ciudad de Sal Rei, a ratos echados al sol azotados por el viento, y a ratos mezclándonos (poco a causa de la pandemia) con sus gentes. La ciudad de Sal Rei es bastante pequeña, con una población fluctuante dependiendo de las temporadas vacacionales y la mano de obra que se requiera desde los hoteles. Sin embargo, en los días que pasamos por allí, la población estaba reducida a mínimos. Apenas algunos restaurantes y comercios abiertos, mucha tienda de chinos y un mercado prácticamente vacío de productos. Una

La carrera hacia lo incierto

Fecha: del 27 de octubre al 2 de noviembre de 2020 La siguiente mañana la dedicamos a recorrer algunas de las playas más famosas de la isla; siempre por caminos inciertos, poco señalizados y sin pavimento. La salvaje Isla de Boa Vista siguió sorprendiéndonos con cada kilómetro recorrido. Lo primero que hicimos por la mañana fue dirigirnos hacia la población de Rabil, donde los artesanos de arcilla nos abrieron sus puertas (cerradas a causa de la pandemia) para enseñarnos amablemente los trabajos que realizan. Al frente de la “Olaria de Rabil” encontramos a João, quien nos explicó que se trata de una tradición de familia; pues desde hace muchos años, sus antepasados, se dedican a trabajar la arcilla en este

La isla de las tortugas

Fecha: del 27 de octubre al 2 de noviembre de 2020 Después de la primera aproximación a la Isla de Boa Vista y de recorrer un poco por sus destartalados caminos, tuvimos la oportunidad de unirnos a uno de los viajes que María y Judit iban a realizar a los campamentos de monitoreo de tortuga boba en el este de la isla. Ellas dos trabajan para la organización Cabo Verde Natura 2000, una ONG de conservación de la naturaleza que, cada año, en una amplia zona costera, junto a un gran número de voluntarios, monitorean la llegada de las tortugas y controlan el desarrollo de los nidos hasta su nacimiento. Con ellas nos fuimos en su pick up, pasando por

Boa Vista, arena y horizonte

Fecha: del 27 de octubre al 2 de noviembre de 2020 Aprovechamos el buen clima para hacer una escapada de una semana a la Isla de Boa Vista, una de las islas más turísticas del país, característica por sus enormes playas de arena blanca y los inmensos resorts que cada año se llenan de extranjeros que vienen a divertirse y quemarse bajo el sol del verano. Sin embargo, en tiempos de COVID, los grandes hoteles están cerrados, gran cantidad de sus trabajadores se han vuelto a sus islas de origen, y muchos de los extranjeros que habitualmente pululan por la isla, tampoco están en ella estos días. La situación es triste para un país que necesita de los ingresos del

Rui Vaz y São Francisco

Esta entrada iba a tener que subirla algún día, pues son dos de los destinos clásicos de la Isla de Santiago. Viviendo en Praia, de la que todavía no he compartido ninguna foto, dos de los destinos más habituales de la isla, son Rui Vaz y São Francisco. Ambos destinos son muy diferentes, pues uno se trata de playa y otro de montaña, pero son fácilmente combinables en el mismo día, debido al tamaño reducido de la isla. Rui Vaz, aunque no podría considerarlo pueblo, pues las casas están muy esparcidas, es una población tranquila en lo alto de la montaña, desde la que se accede a diferentes senderos de trekking. Aunque todavía no hemos hecho muchos, hemos ido en

São Vicente de punta a punta

Amanecimos en Mindelo, de nuevo, frente a la diva de los pies descalzos, Cesária Évora, inmortalizada sobre una gran fachada amarilla. Para recorrer la isla de São Vicente, teníamos alquilado un coche, que nos esperó puntual en la puerta de nuestro hotel. Cabo Verde para esto es maravilloso; sin formalidades de ningún tipo más que hacer el pago y coger las llaves. Nos dirigimos para abrir boca al Fortim do Rei, en lo alto de la ciudad. Se trata de las ruinas de una antigua fortaleza construida en 1852 con función defensiva de la ciudad. Una vez arriba, nuestros ojos no daban crédito; lo que podría ser una atracción turística de la ciudad y un pedazo importante de la historia

Últimos caminos en la isla de las mil colinas

Llegó nuestro último día en Santo Antão, y en Porto Novo alquilamos un coche para recorrer alguna de las carreteras que nos causaban curiosidad. Esta isla tiene numerosos destinos, caminatas y aldeas escondidas, por lo que podríamos haber pasado meses explorando cada rincón. Como el tiempo apremia, nos decantamos por el camino que lleva hasta Ribeira da Cruz con una parada intermedia en la villa de Alto Mira. Iniciamos el recorrido sin prisas, discurriendo despacio y tranquilos a lo largo de una carretera que al inicio pasa por unos paisajes bastante secos y agrestes, característicos de la parte oeste de esta isla. Parece que para llegar a la punta oeste, en Tarrafal de Monte Trigo, hay que recorrer bastantes horas

Gentes encantadoras en las montañas

Penúltimo día para recorrer esta isla. Volvimos a desplazarnos con Vany en su aluguer rojo. Esta vez recorrimos la más amplia de las riberas que desembocan en el norte de la isla, y la que da el nombre a la ciudad donde nos hospedábamos: Ribeira Grande. Después de desayunar, salimos, recorriendo poco a poco y sin prisa los diferentes caminos que van subiendo por la montaña paralelos al río. Estos pueblos con nombres difíciles de recordar como Coculi, Boca de Coruja, Lombo de Santa o Manta Velha, parecen perdidos en el tiempo, escarpados entre montañas y donde a sus habitantes no les preocupa perder un rato de su tiempo hablando contigo. Gente encantadora que te muestra sus tradiciones y te

Ribeiras y valles de Santo Antão

Descansamos como niños pequeños en Ribeira Grande, pues el día anterior habíamos acordado con el conductor de Jéssica y Andrés una ruta por algunos de los caminos del nor-este de la isla. Nos propuso salir temprano en la mañana para que nos diese tiempo a hacer de todo. Y así fue. Después de desayunar en Ribeira Grande, donde hice las fotos de arriba, salimos hacia el interior de la isla a lo largo de la Ribeira de Torre, una carretera que serpentea por dentro de un cañón verde entre montañas escarpadas. A sus orillas hay plantaciones de banano, papaya, caña de azúcar y otros tantos productos típicos de estos climas. La gente cría patos, cerdos, cabras y vacas, y varios

De Mindelo a Santo Antão

Aterrizamos en Mindelo, Isla de São Vicente, sin mayor inconveniente, nos dirigimos al hotel, circulando por la avenida que transcurre a lo largo de la Bahía do Porto Grande, disfrutando de las preciosas vistas hacia la inmensa isla de Santo Antão, situada justo en frente. Desde la ventana de nuestro hotel, el mural de Cesária Évora tallado por Vhils nos contemplaba e hipnotizaba de manera deslumbrante. Nos sorprendió la ciudad de Mindelo, por los coloridos de sus casas coloniales y la buena conservación en general que tiene el centro histórico. Aunque es pequeño, las callejuelas son muy agradables, y los barcos anclados en el puerto, con las montañas de Santo Antão de fondo, le dan un toque idílico a la

Fogo de color verde

Empezábamos el que pensábamos que sería nuestro último día en la isla, pues al día siguiente volábamos hasta Mindelo, Isla de São Vicente. En la ciudad de São Filipe no paró de perseguirnos desde que llegamos un guía llamado Claudio, que estaba desesperado buscando a alguien a quien pasear, pues con la pandemia, no ha tenido turistas en muchos meses. Aunque nuestro plan inicial era quedarnos en la ciudad paseando y descansando, al final decidimos irnos con Claudio, a pesar de que estuviese lloviendo a ratos. Es triste ver cómo gente honrada intenta hacer su trabajo y no puede, por lo que esta acción le ayudó a él, pero nosotros acabamos conociendo unos lugares fantásticos gracias a sus recomendaciones. Nos

Chã das Caldeiras: Sobrevivir dentro de un volcán activo

El tercer día en la Isla de Fogo subimos hasta Chã das Caldeiras, dentro del Parque Natural do Fogo, la zona más alta de la isla, donde unos cuantos habitantes resisten dentro de la caldera de un volcán activo. Por el camino, uno va atravesando pequeños pueblos hasta llegar a la entrada del parque. Es notorio cómo según uno se va aproximando a Chã, los colores de las pieles se van aclarando a la par que lo hacen los ojos de las personas. Estos colores de piel claros y los ojos azules y verdes tienen una explicación. En 1870, un conde francés llamado Louis Armand de Montrond, dejó Francia por motivos no del todo conocidos; se habla de deudas, un