Floresta Nacional de Ipanema

Por una visita con los colegas del Instituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade (ICMBio) donde fuimos a visitar la fabulosa academia de formación de administradores de áreas protegidas de Brasil (ACADEBio), pude disfrutar de un bonito paseo por la importante para la conservación y también histórica “Floresta Nacional de Ipanema”. Según los indígenas, la palabra Ipanema significa “agua mala, sucia, no apta para el nado o la pesca”. Seguramente esta definición tiene que ver con las grandes cantidades de hierro que esconden las rocas existentes en esta gran mancha de Mata Atlántica, uno de los ecosistemas más amenazados del mundo.

Después del descubrimiento de estas cantidades inmensas de hierro, la corona de Portugal, a manos del Rey Don Juan VI, creó la Real Fábrica de Hierro de San Juan de Ipanema, y se dedicó a la extracción de este mineral, haciendo en este lugar el primer molde de hierro fundido, varias cruces (no recuerdo exactamente cuántas, pero menos de 5) de las cuales, una se encuentra expuesta en la floresta. Se trata de la primera vez que se fundió hierro en suelo americano.  

Aprovechando las capacidades instaladas, se contrató a Francisco Adolfo de Varnhagen y se crearon aquí la Casa de Armas Blancas y los Altos Hornos, donde se fabricaron multitud de municiones para la guerra contra Paraguay, causando una masacre brutal en esa triple alianza en la que Brasil se unió con Uruguay y Argentina para reducir trágicamente la población paraguaya entre un 50% y un 85%, una barbaridad que nunca debe repetirse.  

Pudimos visitar todas las ruinas que quedan de esto, casas coloniales, hornos, fábricas y maquinarias que hicieron de este lugar una de las minas más productivas del planeta en su momento.  

La imagen característica de la floresta es el morro de Araçoiaba, que ofrece unas bonitas vistas, y es el logotipo del área protegida. En lo alto existe una cruz de hierro (que no sé si es original de la época de la fundición o no) y una placa en homenaje a Varnhagen.  

En el pueblo de São Jõao de Ipanema residen todavía algunos habitantes en sus casas semi-derruidas y funcionarios del ICMBio.  

Un lugar precioso que recomiendo visitar cuando se pase por São Paulo.


Fecha: 25 de noviembre de 2016

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