La ruta de las mezquitas

Amanecimos en Sarajevo, donde habíamos reservado un free tour con Adis Hamzić. Este chico, con muchísimos conocimientos de historia nos llevó a pasear por las calles de la ciudad contándonos con mucho detalle algunos de los últimos eventos acontecidos en la historia reciente de la ciudad; desde el asesinato del archiduque del Imperio Austrohúngaro que dio inicio a la primera guerra mundial en 1914 hasta la última guerra balcánica que supuso la desintegración de Yugoslavia.

Paseamos por las calles principales, conociendo los mercados de antigüedades, el antiguo bazar, el puente latino, la mezquita Gazi Husrev-beg, del siglo XVI y la más grande del país. Nos explicó sobre la historia de Vijećnica, un edificio precioso que ahora funciona como ayuntamiento, pero que en su día albergó uno de los archivos islámicos más grandes de Europa, y que fue quemado por criminales Serbios durante la guerra en el sitio de Sarajevo. Pudimos contemplar la increíble mezcla de culturas en esta bonita ciudad, donde en menos de 100 metros puedes encontrar una sinagoga, una mezquita, una iglesia ortodoxa y otra católica.

Aquí una placa en el ayuntamiento para “no olvidar y estar siempre alerta”
Restos de bombardeo pintados de rojo para “nunca olvidar”

Después de disfrutar de la ciudad y de pasear por la historia con el corazón en un puño, fuimos hasta el hotel Holiday Inn, donde se hospedaban todos los periodistas que llegaban a la ciudad durante el asedio a la ciudad y ubicado al pie de la “avenida de los francotiradores”. Después de haber leído tantos libros sobre Sarajevo, me pareció importante, por lo menos, pasar a ver este lugar emblemático desde el que salían todas las informaciones hacia los medios internacionales.

Finalmente, y para concluir la visita a la ciudad, nos acercamos hasta el museo de los túneles de Sarajevo o “Tunel de la esperanza”. Esta casa de la Familia Kolar fue esencial durante el sitio a la ciudad, pues esta fue la única vía que tenía Bosnia para unir Sarajevo con el resto del país, pasando por debajo de las zonas tomadas por los serbios. Esto permitió la entrada de comida, medicinas y armas para la armada bosnia. A día de hoy se pueden visitar todavía unos 20 metros de túnel de los más de 600 metros que existieron. Es impresionante ver la casa completamente ametrallada tal y como quedó después del conflicto.

Tras conocer Sarajevo, emprendimos viaje en dirección Mostar, pero paramos a comer en Konjic, uno de los asentamientos más antiguos de Bosnia y famoso por su puente sobre el río Neretva. Es uno de los puentes más antiguos y mejor conservados del Imperio Otomano, pero que fue destruido por los alemanes en 1945 y reconstruido posteriormente entre el 2003 y el 2009.

Seguimos por la carretera que circula paralela al río Neretva hasta llegar al acceso a Mostar, donde había ocurrido un accidente y se había organizado un atasco que no se movía. Nos pusimos a hablar con el señor de al lado por las ventanillas del coche y nos dijo que le siguiésemos, que él se sabía otro camino para llegar a la ciudad atravesando las zonas rurales. Le hicimos caso y conseguimos llegar hasta Mostar por unas callejuelas que circundaban entre lo que no habíamos visto hasta ahora: casas derruidas por bombas y llenas de metralla en sus paredes. Parece que los estragos de la guerra aún están visibles en varios lugares, pero solo en aquellos menos turísticos y poco visibles. Parecía que entrásemos a esta ciudad atravesando un campo de batalla. Una vez allí paseamos por el casco histórico y cruzamos el puente otomano (también sobre el Neretva) que fue derribado por los croatas durante la guerra en 1993. Hace poco fue reconstruido con las mismas piedras recuperadas. Además de lo bonitas que son las calles y los edificios grises del casco antiguo, nos llamó la atención la cantidad de turistas que había sobre el puente; parece que hacen excursiones de un día desde Dubrovnik. Desde lo alto del puente, algunos chicos locales se lanzan al río para llamar la atención de los turistas y ganarse una propina.

Sin dejar de lado el río Neretva llegamos, siguiendo su cauce, hasta Pocitelj, donde subimos directamente a un mirador situado en lo alto del pueblo. Ya estaba oscureciendo y casi nos perdemos la formidable vista de esta bonita localidad. Casas de piedra gris conforman uno de los pocos lugares en el país que se conservan siguiendo los parámetros y aspecto tradicional de cuando se construyó. Este fue uno de los lugares más bonitos que conocimos en el viaje.

Finalmente, cruzamos la frontera hacia Croacia de nuevo y llegamos a Split, la segunda ciudad más poblada del país y con uno de los cascos históricos más importantes de la zona. El palacio de Diocleciano es el núcleo de la ciudad, y todas sus construcciones bien conservadas conforman un conjunto arquitecónico (patrimonio de la humanidad) de belleza e historia incomparables. Por allí paseamos por la noche, fuimos a cenar perdidos por sus calles y comimos un helado antes de irnos a dormir.


Fecha: 14-28 de septiembre de 2018

Lugar: Zagreb (CRO) – Novi Sad (SRB) – Belgrado (SRB) – Studenica (SRB)- Novi Pazar (SRB) – Pec (KV)- Cañon Rugova (KV) – Visoki Decani Monasteri (KOS) – Dranoc (KOS) – Dakovica (KOS) – Prizren (KOS) – Ohrid (MKD) – Monasterio Sant Naum (MKD) – Berat (ALB) – Castillo de Kruje (ALB) – Shkoder (ALB)- Castillo Rozafa (AL) – Skadarsko Jezero (MNE) – Sveti Stefan (MNE) – Budva (MNE) – Kotor (MNE) – Perast (MNE) – Herceg Novi (CRO) – Dubrovnik (CRO) – Trebinj (BIH) – Sarajevo (BIH) – Konjic (BIH) – Mostar (BIH) – Pocitelj (BIH) – Split (CRO) – Krka National Park (CRO) – Zadar (CRO) – Pula (CRO) – Rovinj (CRO) – Piran (SLO) – Skocjan Cave (SLO) – Castillo Predjamski (SLO) – Orehek (SLO) – Liubliana (SLO) – Plitvice National Park (SLO) – Zagreb (CRO)

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