Kosovo, una llanura

Despertamos en Pec, y a una hora que consideramos prudente, las 7:30, salimos a desayunar. Recorrimos diversas calles y no encontramos más que cafeterías que no servían comida, solo café. Y una multitud de hombres tomaban café mientras entablaban lo que parecían, agradables conversaciones viendo la vida pasar. Finalmente en una de estas cafeterías, un señor que hablaba español porque trabajó en un barco por todo el mundo, nos explicó que ellos desayunan en casa a las 6 de la mañana y que ya a estas horas, se dedican al café. Gracias a él nos prepararon unas tortillas francesas y unos zumos, que nos permitieron iniciar la mañana con fuerzas. 

Este señor, también nos explicó, que si seguíamos por la carretera, más allá del lugar que le explicamos que queríamos visitar, llegaríamos a una cascada, pero que la propia carretera y las montañas eran espectaculares, que merecía la pena. 

Haciéndole caso, nos dirigimos primero hacia el Patriarcado de Pec, un monasterio ortodoxo serbio que es patrimonio de la humanidad y que la UNESCO ha colocado en la lista mundial de patrimonio en peligro. Hasta tal punto que parece que hay dudas de que los ciudadanos vayan a respetarlo, y se estableció la KFOR (una fuerza militar multinacional liderada por la OTAN) como entidad responsable de su protección. Para entrar hay que enseñar los pasaportes y pasar una serie de controles. Una vez dentro, una de las mujeres que viven en su interior (aunque se llame patriarcado, actualmente lo habitan monjas) nos acompañó y explicó un poco sobre la historia del lugar y sus espectaculares frescos. 

A la salida, recorrimos por unos cuantos kilómetros la carretera que nos habían recomendado y nos adentramos en el Parque Nacional Bjeshkët e Nemuna, donde los caminos atraviesan diversos túneles y serpentean entre escarpadas montañas cubiertas por frondosos bosques mediterráneos. 

La siguiente parada fue en el Monasterio de Visoki Dečani, hecho en mármol blanco y también protegido por la KFOR. Otro centro religioso serbio ubicado en dominios albaneses. Unos impresionantes frescos cubren sus paredes internas, y una vez más, estaba prohibido fotografiarlos. 

Posteriormente nos dirigimos en búsqueda de las famosas Kullas de Isniq y Drenoc. Las kullas son un tipo de fortificación (tipo torre) residencial y con ventanas minúsculas donde las familias tradicionales albanesas se defendían de otras familias sedientas de venganza de sangre según dictamina la ley del Kanun. Se trata de una ley musulmana tradicional heredada del imperio otomano, donde se daba libertad a ciertos gobernadores donde no alcanzaba el estado para crear sus propias normas de conducta.  En Albania, sobre todo en las regiones del norte, esto se llevó al extremo, hasta el punto de que estas reglas trataban cómo ejercer la venganza por asesinato, de modo que muchas familias estaban disputadas eternamente y se “debían” venganza unas a otras. Para entenderlo un poco mejor, recomiendo leer el libro “Abril Quebrado” de Ismail Kadaré, una obra maestra que también ha sido llevada al cine. 

Aunque me imaginaba que estarían en pueblos super rurales en medio de las montañas, las pocas que quedan en pie se encuentran inmersas en pueblos grandes y modernos, con calles asfaltadas y vehículos de todo tipo circulando a su alrededor. De estos pueblos, me llamó la atención la falta de delimitación de los mismos. Toda la parte que vimos de Kosovo parece un valle infinito con casas en el horizonte, con dificultad para averiguar dónde inicia un pueblo y comienza otro. De este modo, el tráfico y el movimiento vehicular es muy estresante, avanzando de manera muy lenta desde un destino hasta otro. 

Recorriendo esta extensa llanura a ritmo de tractor, llegamos hasta Đakovica, un pueblo cuyo centro tiene callejuelas empedradas y soportales con columnas. Apenas paramos unos 20 minutos para ver las calles del bazar y visitar la mezquita Hadum, del año 1595, decorada con bonitas pinturas tanto en el exterior como en el interior. Llegamos justo en el momento de la llamada, lo que le dio a este momento un toque místico muy bonito. Esta mezquita ha sido atacada e incendiada en diversas ocasiones. Lo que hoy podemos ver es el trabajo de restauración que se concluyó en el 2006. 

Finalmente alcanzamos Prizren, quizás la más multi-étnica y multucultural ciudad de Kosovo. Por suerte no fue muy dañada durante las sucesivas guerras que han ido ocurriendo en esta región y a día de hoy es uno de los lugares más turísticos del país. Paseamos por las agradables calles peatonales y subimos hasta el castillo situado en lo alto de la ciudad, desde donde pudimos contemplar un horizonte plagado de mezquitas y alguna que otra construcción ortodoxa en ruinas. Aquí comimos tranquilamente y emprendimos camino hasta Ohrid, donde pasamos la noche para disfrutar de nuestro siguiente destino en Macedonia. 


Fecha: 14-28 de septiembre de 2018

Lugar: Zagreb (CRO) – Novi Sad (SRB) – Belgrado (SRB) – Studenica (SRB)- Novi Pazar (SRB) – Pec (KOS)- Cañon Rugova (KOS) – Visoki Decani Monasteri (KOS) – Dranoc (KOS) – Dakovica (KOS) – Prizren (KOS) – Ohrid (MKD) – Monasterio Sant Naum (MKD) – Berat (ALB) – Castillo de Kruje (ALB) – Shkoder (ALB)- Castillo Rozafa (AL) – Skadarsko Jezero (MNE) – Sveti Stefan (MNE) – Budva (MNE) – Kotor (MNE) – Perast (MNE) – Herceg Novi (CRO) – Dubrovnik (CRO) – Trebinj (BIH) – Sarajevo (BIH) – Konjic (BIH) – Mostar (BIH) – Pocitelj (BIH) – Split (CRO) – Krka National Park (CRO) – Zadar (CRO) – Pula (CRO) – Rovinj (CRO) – Piran (SLO) – Skocjan Cave (SLO) – Castillo Predjamski (SLO) – Orehek (SLO) – Liubliana (SLO) – Plitvice National Park (SLO) – Zagreb (CRO)

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