Hace unos meses salimos dirección “mitad del mundo” para disfrutar de las vistas de la Reserva Geobotánica Pululahua, desde donde se puede ver el interior del cráter del volcán del mismo nombre y donde se han establecido poblaciones desde la época de la colonia (Hacienda Pululahua) debido a su clima abrigado. En esta ocasión no hicimos ninguno de los senderos que desde allí salen, pero seguro que hay ocasión en otro momento.
Una de las cosas que yo no sabía es que la verdadera mitad del mundo, el Pucará de Rumicucho, fue construido por los incas alrededor del 1500, y aunque tuvo función militar, se dice que ellos también le daban funciones religiosas, pues se sitúa sobre la línea del ecuador. Además, antes de los incas, otra serie de poblaciones precolombinas tuvieron templos en este lugar. Un sitio mágico con unas vistas asombrosas, y poco conocido por los visitantes de Ecuador.
Después, las conversaciones fueron llevándonos de un sitio a otro en la historia, y surgió la idea de desplazarnos a visitar también el Parque Arqueológico de Cochasquí, un lugar mágico compuesto de pirámides y montículos de tierra donde, entre los años 850a.C. y 1550d.C, la cultura pre-incaica Quitu-Cara, realizó diversos ritos religiosos, conformando con estas pirámides representaciones espejo de ciertas constelaciones. Observatorio Astronómico útil para determinar los solsticios y equinocios, fabricado de arena volcánica (cangahua) que se ha ido deteriorando con el paso de los años y por lo que actualmente solo se pueden apreciar las pirámides tapadas con tierra y vegetación.