Tormenta Agatha

Este fin de semana ha caído la graaan lluvia. Una lluvia que no ha parado en dos días. Pero no una lluvia de esas de las que conocemos en España, flojitas y con un granizo gordo de vez en cuando. Aquí, cada gota es como un cubo de agua directo a la cabeza, y como dije, no ha parado durante dos días. La tierra no ha podido tragar más y se ha saturado, los ríos han crecido y han subido por encima de los puentes y las carreteras; las carreteras y los puentes se han roto y se han caído. Las comunidades se han inundado y los campos de cultivo se han anegado. Una locura, pero desde San Salvador, en

Lago Atitlan y sus lindas Quichés

Salimos desde Antigua para Panajachel, a la orilla del espectacular lago de Atitlan, en el altiplano de Guatemala. Desde Pana, tomamos una barca hacia el otro lado del lago, y llegamos a Santiago de Atitlan, un pueblito curioso, con un mercado bastante auténtico. Allí tanto los hombres como las mujeres van vestidos con los trajes tradicionales y hablan el castellano como pueden; su lengua madre es el Quiché, que se ha mantenido a lo largo de los años resistiendo a la opresión de los colonizadores y otras plagas. Allí se rinde culto a San Simón o Maximón, una divinidad de madera a la que visten con muchas corbatas y atuendos varios; los lugareños le ofrecen todo tipo de cosas, desde

Llegando al caribe desde Rio Dulce y de vuelta a La Antigua

Hicimos noche en un hotelito entre los afluentes del rio dulce llamado Casa Perico, un lugar muy relajado, donde tuvimos un tiempo para descansar y para bañarnos en el río, porque el propio hostal tenía unos botes que prestaba a los que se quedaban a dormir; a golpe de remo salimos del afluente en el que nos encontrábamos y fuimos hasta el río dulce a darnos unos chapuzones desde una plataforma flotante, estuvo muy entretenido. Luego tomamos un bote colectivo hasta Livingston, costa Caribe. Tanto escuchar historias de Livingston, de sus rastafaris, sus garífunas y su música en vivo quizás fue lo que hizo que nos desilusionase un poco, resultó ser un pueblo bien pequeño y no tan pintoresco como

Conociendo el mundo Maya desde el centro de Tikal

Llegaron a San Salvador Ana y Merche, con un día de retraso por culpa de Estados Unidos, sus malditos registros y Continental Airlines, pero llegaron finalmente. El sábado aprovechamos el día por el centro de la ciudad, montamos en uno de los peculiares buses de la capital y vimos la catedral y plazas del centro; también hubo tiempo para pasear por las artesanías y tomarse una cerveza pílsener (orgullo nacional). Pero pronto nos fuimos a dormir, porque al día siguiente salíamos a las 7 hacia Flores (Guatemala), una isla en el lago Petén Itza, que suele ser la base para ir a conocer Tikal, una de las ciudades maya más importantes. A las cuatro y media de la mañana nos

Subida al Pacaya y Antigua Guatemala

Salimos desde San Salvador a las seis de la mañana para llegar a Guatemala Ciudad a las 13 más o menos. Allí nos esperaban los locos que se habían ido el viernes para allá para ver a Metallica en directo, con un microbus que habían alquilado y todo. Nos recogieron y fuimos directos a la base del volcán Pacaya. Según cuentan, hay veces en las que se ven salir rocas del cráter, otras en las que no se ve nada de tanto humo azufroso tóxico, y otras veces, que son las menos, en las que se ven los ríos de lava al lado de por donde caminas. Yo me imaginaba que sería una subida dificil, pero resultó que en hora

San Francisco Menéndez

El martes hicimos la primera visita a San Francisco Menéndez para empezar el proyecto, que como dije anteriormente se llevará a cabo en cuatro comunidades del municipio. Es la frontera con Guatemala, y el teléfono se volvió loco mandando mensajes de “Bienvenido a Guatemala”. Todo empezó bien, conocimos las comunidades (El Tamarindo, Bola de Monte, Garita Palmera y Brisas del Mar). Paseamos por las preciosas playas y comimos una mariscada con langosta incluida, una delicia. En Brisas de Mar se nos quedó el coche enterrado en la arena, y tras hora y media intentándolo sacar con ayuda de los lugareños, nos dimos cuenta de que tenía cuatro por cuatro y no lo habíamos activado; salió a la primera, pero estuvimos