Buenos Aires, un reencuentro

A Buenos Aires siempre se vuelve. Esta ciudad me encanta, fue donde puse el pie por primera vez en Latinoamérica y la llevo en el corazón para siempre. Una ciudad inmensa que me recuerda a un Madrid extendido y que siempre me pide volver. Podría pasar días, meses y años paseando por sus miles de calles, disfrutando en sus cafeterías y contemplando cada detalle en sus fachadas. Llegué en el buquebus desde Colonia, y Andrea, muy amablemente, me hospedó en su casa. Por la mañana (solo tuve un día para pasear) me dirigí al centro y paseé por la avenida Corrientes, la 9 de Julio y Santa Fé. Estuve paseando también por las calles aledañas al teatro Colón hasta que

Nómadas hacia ninguna parte

Dentro de poco vuelve a ser 28 de Noviembre, ya hace más de cinco meses que regresé de Santiago de Chile, hace un año que nos pusimos la mochila y salimos a pasear pensando que tres meses eran mucho tiempo, se acabaron mis periplos sudamericanos y se caducaron mis vacunas. Cuando marché hacia allá jamás imaginé que iba a terminar en un barco lleno de hamacas cruzándome la Amazonía y mirando las estrellas desde el pulmón del mundo. Ahora mi forma de ver el mundo es diferente, no puedo olvidarme de aquello, tampoco quiero, y no hago más que pensar en cómo podría yo seguir descubriendo lugares como aquellos toda mi vida. Ahora sé que hay pingüinos a la altura del ecuador, que existen cañones mucho más profundos que el del famosísimo

Paseando por Buenos Aires

Después de un viaje en bus de 20 horas y con interrogatorio en la frontera controlando si alguno de los viajeros teníamos gripe porcina, humana, o como quieras llamarla, llegué a Buenos Aires.   En teoría llegaba a las 8 de la mañana, pero llegué a las 9:30, y las personas que debían ir a buscarme no estaban… aunque en realidad sí estaban, pero fuera como fuese, no nos encontramos. Tampoco respondían al teléfono, por lo que eché a caminar hacia Plaza San Martín, de ahí a la calle Florida, después por Corrientes, subí por 9 de Julio y decidí entrar a un locutorio a ver si me habían escrito. Y en efecto, tenía un mail con un número de

Villa la Angostura y El Bolsón

Escribo de nuevo desde Bariloche, tenemos que hacer noche acá para partir mañana hacia Chiloé, regreso a Chile. Tengo ganas de conocer yo esa isla de la que todo el mundo habla… Estos dos días los hemos pasado, primero en Villa la Angostura, a orillas del enorme lago Nahuel Huapi y del lago correntoso, ambos unidos por uno de los ríos más cortos del mundo, el río Correntoso, de solo 70 metros. Un lugar precioso, con rutitas hacia cascadas con nombres mapuche y caminando entre casas de poblaciones indígenas que reivindican su cultura a través de frases potentes o chequeando la entrada de cada uno de nosotros. También allí fuimos a una península pequeña que se mete 12 kilómetros en

Perito Moreno

Llegamos sin grandes complicaciones a la carísima ciudad de “El Calafate” y después de mirar todos los tours posibles, autobuses y transportes que van hacia el parque nacional de los glaciares, llegamos a la conclusión de que era demasiado caro (recuerden que somos estudiantes y cada centavo cuenta). Al final, charlando con los artesanos encontramos a un chico que nos llevaba en su furgoneta a un módico precio (la mitad de lo que costaba la opción más barata) así que nos ha salido redonda la jugada. Añado también por si hay algún interesado en ir al Perito, que si se va antes de las ocho de la mañana no cobran entrada al parque, así que a las seis y media de