Nómadas hacia ninguna parte

Dentro de poco vuelve a ser 28 de Noviembre, ya hace más de cinco meses que regresé de Santiago de Chile, hace un año que nos pusimos la mochila y salimos a pasear pensando que tres meses eran mucho tiempo, se acabaron mis periplos sudamericanos y se caducaron mis vacunas. Cuando marché hacia allá jamás imaginé que iba a terminar en un barco lleno de hamacas cruzándome la Amazonía y mirando las estrellas desde el pulmón del mundo. Ahora mi forma de ver el mundo es diferente, no puedo olvidarme de aquello, tampoco quiero, y no hago más que pensar en cómo podría yo seguir descubriendo lugares como aquellos toda mi vida. Ahora sé que hay pingüinos a la altura del ecuador, que existen cañones mucho más profundos que el del famosísimo Colorado, que ver un cóndor no es una de las tareas más sencillas del mundo, ahora he escuchado cómo se talan árboles a las orillas del Amazonas, que he comprobado que el tiempo puede detenerse en algunas islas perdidas en mitad del lago Titikaka a más de 3.800 metros de altitud , que he chupado el suelo del salar de Uyuni, y que he subido miles de peldaños construidos por los incas hace demasiado tiempo, no concibo mi vida sin el nomadismo. Un nomadismo que siempre termina devolviéndome al punto de partida, donde siempre me siento en el kilómetro cero de mi vida, donde puedo descansar, reflexionar y donde siempre vuelvo a rehacer el equipaje para volver a partir hacia un nuevo mundo. Mundos que no descubriré yo, pero que haré míos de alguna forma especial y que no olvidaré jamás. Y ahora, que dentro de poco volveré a inyectarme cepas atenuadas de diferentes virus como buen occidental, que tendré que volver a hacer trámites en embajadas para poder cruzar fronteras que alguien hace tiempo dibujó en el suelo del mundo, me sigo preguntando cómo se podría pasar una vida entera en la carretera. Así y todo seguiré buscando rumbos hacia un lugar lejano, destinos que me devuelvan la libertad de poder seguir soñando eternamente, porque en el fondo, lo que queremos, es vivir viajando.

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  1. Joder macho, te has superado a ti mismo. Es la plla como has descrito tu feeling para con el mundo y el futuro. Se me ha puesto la piel de gallina y el bello pubico alisado como diría el señor fesser. Enhorabuena. No pares de hecharle oro negro a la dream-machine. Yo sigo en Canmore embutido por las montañas la nieve y el hielo, expectante ante la futura mudanza de reti. Poder ducharme, no tener que utilizar una banqueta para irme a dormir. Esas cositas, tu sabes papito mio. Un abrazo albertino men

  2. Es realmente un superacion personal increible. por lo cual tienes mis felicitacion. y sigue adelante!!!

  3. Ángela dice:

    La Aldea Global es el Mundo…
    Mi financiación xDDD
    Eh.. lo único que puedo decir es que tengo el pasaje de ida… que intento ahorrar aquí pero el trabajo está chungo pero que me quedaré por latinoamérica,
    Es que yo no viajaba tanto como tú!
    Y claro, también trabajo allá, eso ayuda

    🙂

    Pero no se necesita mucho … sólo el pasaje. y las ganas, y los sueños,
    tú sabes!

  4. Anónimo dice:

    Hola

    hace tiempo atrás te solicité consejos para viajar por Perú, y gracias a ti descubrí el Cañon de Colca con los cóndores…
    fue una aventura alucinante, además, recorrer la vía alternativa a Machupicchu…
    este próximo año, mi meta es llegar hasta Iquitos para navegar por el Amazonas… porque lo que leí en tu blog me despertó el ansia de conocer esos parajes… pero antes de aventurarme, quisiera pedirte datos acerca del lugar, el transporte y, algo relevante, cómo evitar a los mosquitos…
    te agradecería si pudieras responderme…
    Pau

  5. SER dice:

    Pau, muchas gracias por todo lo que me pones, me dan ganas de seguir escribiendo siempre 🙂

    A ver, para llegar a Iquitos hay dos formas, vía avión o via barco. En barco tardas tres días o dos días (en función de la estación del año) en llegar desde yurimaguas. Tienes que llevar tu propia hamaca que puedes comprar en el mercado de yurimaguas. Atas tu hamaca al barco, buscate un lugar lejos de los pasillos para que no te golpee todo el mundo al pasar y llévate varios libros y mucha agua. La comida va incluida en el pasaje, pero también te recomiendo llevarte algo para no depender exclusivamente de lo que te den allí. En cuanto a los mosquitos, yo me impregnaba en repelente, también me tomaba pastillas diarias contra la malaria, por si acaso… y nada, igualmente te picarán, pero es lo que toca, mosquitos y sudor, merece la pena cuando estás viendo cosas tan maravillosas. Si tienes más dudas, no dudes en preguntarme. Mucho ánimo con el viaje, disfrutalo!

  6. Anónimo dice:

    Kaixoooo!!!
    Hacia mucho que no entraba…son tantos recuerdos!
    Hay personas que tiene un don especial para describir lo indescriptible…ese es tu caso Ser!!!ENHORABUENA!!!!Yo ya hace tiempo que dejé de intentar poner palabras a los sentimientos, pero es increible cómo el cuerpo en un momento dado se estremece y no sabes bien el porqué, sin embargo es una sensación que ya has vivido…tal vez en el fin del mundo…pero es tuya!!!
    Gracias por poner voz a todo lo vivido…
    Yo me resignaré con mi frase preferida:"si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no digas nada", tu ya lo has dicho todo…

  7. Momenti dice:

    Ni siquiera te conozco y leer este texto me provocó un desborde de emoción, ojalá todas las personas pudieran encontrar la verdadera libertad,
    saludos, de parte de una desconocida 🙂

  8. Momenti dice:

    Entonces hoy puedo afirmar con seguridad, que la frase de un amigo "alguien en alguna parte debe estar pasando lo mismo que yo", es totalmente cierta!
    jaja 🙂

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