Hoy, aunque nos ha costado, después del duro día de ayer en el que vimos el partido a las 14 de la tarde y pasamos ya todo el día por ahí celebrando, hemos madrugado para subir al volcán de Santa Ana. La subida es más o menos fácil, pero tiene el típico problema de que empieza cuesta abajo, por lo que en el tramo final de la vuelta hay que subir y echar los higadillos por la boca, pero bueno, en general no es para tanto. La subida comienza entre árboles grandes, con mucha sombra y bastante agradable; el tramo final en el que la última erupción acabó con todos los árboles de las alturas está colonizado por agaves en flor preciosos (la planta de donde se saca el tequila y el mezcal, por si no quedaba claro). Una vez arriba te asomas al cráter y tiene abajo un lago azulísimo maravilloso que burbujea y suelta humos. Corría un viento tremendo allí arriba. Comentar también que en todo momento nos ha escoltado la policía, bastante curioso verles subir con uniforme y pistolas.