Aunque parezca mentira, y siendo una de las playas más míticas de El Salvador, aún no había ido nunca a la famosa playa de El Tunco, un lugar bien bonito donde dicen que los atardeceres son espectaculares. Mucho surfero gringo y no gringo, cerveza pilsener y cócteles de camarón.
Después fuimos al puerto de La Libertad a comprar camarones grandes frescos, una maravilla de la naturaleza. Esos intestinos hinchados como globitos son de anguila y se exportan a Asia, para los amantes de las partes más raras de los pescados.