Ayer, tras un examen me di la tarde libre y la dediqué a ayudar a Felix a parchear su bicicleta. Estuvimos un buen rato en el patio, al solecito, tan a gusto, y cuando atardeció, nos subimos al tejado de casa con Pablo para ver la puesta del sol, y la verdad es que es bonito mirar la cordillera desde el tejado. Ya no hay nieve casi, ahora todo parece más árido, pero el viento corría allá arriba, me habría quedado toda la noche charlando, pero bajar sin luz podría haber sido un poco peligroso…
Me gusta la foto donde se ve la cordillera…Qué bonito sería poder verla yo también.
Gracias por tu e-mail, es muy bonito. Yo siempre me pregunto las míamas cosas…y siempre siempre llego a la mísma conclusión. La historia siempre se repite.
Te envío un saludo y un beso. Hasta otra.
Mísmas, quise decir xD
MAZO SALUDOS.
Preciosas historias, grandísimas fotos. Se te echa de menos. Un fuerte abrazo
… la cordillera ya no tiene nieve por allá. Me provoca un poco de tristeza verla así… a pesar del sol y las mariposas y las flores.
Un besote… nos vemos pronto, creo…