Laberintos del Chiguaza

Montse, mi compañera de trabajo y casa en Mecúfi, vino a visitarme junto con Martina durante una semana. La verdad es que tuvieron muy mala suerte, pues se pasó toda la semana lloviendo y tan nublado que ni el Pichincha podía verse desde Quito. El clima de este año en Quito ha sido terrorífico, veamos qué nos depara 2018…  

Aprovechamos para irnos hacia el Puyo, específicamente a la comunidad Kichwa de Canelos, donde nos quedamos en un bonito lodge perdido en mitad de la nada; el Huella Verde Eco-Lodge. Allí pudimos dar unos paseos por la selva y relajarnos con el sonido de los animalitos ocultos de la Amazonía ecuatoriana.

Al día siguiente dimos un paseo hasta los Laberintos del Chiguaza, un lugar impresionante, justo donde se unen las provincias de Morona Santiago y Pastaza. Allí el señor Rómulo Galarza tiene una propiedad que esconde demasiada magia. Se llama “los laberintos” porque literalmente en una de las caminatas acabas perdido entre montículos rocosos tupidos de vegetación tropical. Lo interesante es que estas rocas, cuando las analizas de cerca, son aglomeraciones de fósiles marinos, que se acumularon aquí hace miles de años; algo espectacular. Los propios laberintos son antiguos arrecifes de coral de tiempos remotos que la vegetación ha cubierto por completo. Una maravilla para cualquiera que entienda mínimamente los procesos geológicos de la tierra.  

Entre otras rutas, tiene excursiones a cuevas con murciélagos y a emanaciones de gas natural que existen en sus propiedades, haciendo así del lugar, un sitio muy atractivo donde pasar un par o tres de días descubriendo mundos secretos. Se lo recomiendo a cualquiera.  Además, los pescados cocinados en maíto que te ofrece después de la excursión, están deliciosos.

Al regreso hicimos una parada en Puyo, y volvimos hasta Quito.


Fecha: 14 al 16 de abril de 2017

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