Este fin de semana, después de informarnos de que el tsumami proveniente de Japón alcanzó el impactante tamaño de 5 centímetros, decidimos irnos a la playa para estar tranquilos. Entre unas cosas y otras y mediante contactos que no explicaré porque serían aburridos para ustedes, lectores ajenos a mi entorno salvadoreño, acabamos en un rancho a orilla de acantilado. Pudimos reposar en las piscinas saladas que se rellenan con las olas del mar y leer con unas preciosas vistas de fondo, mientras corría la brisa y no se escuchaban más que los ruidos de las olas y las chicharras. Me he sentido durante dos días como un cafetalero completamente afortunado.
PD: Felicidades a mi querido hermano, ojalá pudiese regalarte un viaje para estos lugares lejanos…
KAIXO SER!!!
Zer moduz? jo, hacía tiempo que no me metía por aquí, y la verdad no entiendo el porqué; me encanta poder "viajar gacias a tus ojos".
Veo que todo te va genial, o al menos esa es la parte que nos enseñas…;-)
Cuidate un montonazo guapetón!!!!
miren
Uala qué piscinas naturales más guapas, joer qué envidia.
Qué bien se te ve. Yo sigo aquí.. esperando a que algún listillo invente el teletransporte y así poder llegar a visitarte con sólo chasquear los dedos, o meterme en una cabina transparente.
Abrazooo!!
Hola,
creo que "caer" en ese blog en gran suerte…te felicito.
Me podrias decir donde estan esas picinas de agua salada ?
quiero irrrrrrrrrrr
están en una finca privada en El Salvador, en la zona de El Zonte, pero creo que hay un hotel cerca que también tiene unas. Suerte
YO creo que hay unas en el decameron, pero : no quiero meter mis pies alla adentro 😉
Y se puede ir para un finde (alquilando) ? o solo van los que estan invitados de los dueños ?
si, sólo si te invitan los dueños… jejeje. No digo el decámeron, digo uno de los hotelitos por ahí cerca…creo que el que tiene el temascal. Pero no estoy seguro
muchas gracias por la informacion… averiguare uno de esots dias/semanas/meses 😉