Poco a poco el salón de casa va teniendo un santuario más friki. Primero el gato que mueve el brazo (Maneki neko), después un Olentzero que me regalaron las vascas por navidad, y ayer compré un Ekeko, que me quedé con ganas de comprarlo en Bolivia. A todo eso añadirle los panfletos que los testigos de jehová nos regalan todos los días. Aquí podeis apreciar unas bonitas imágenes.
Algunos decís que solo hablo de comida, pero últimamente la vida monótona en Santiago lo más divertido que tiene es comprar cosas raras… y hoy en la feria de verduras vimos calabacines redondos, que nos dijeron que son para rellenar, así que ya veremos que tal son…
Hoy he ido a un pequeño museo de insectos y caracoles (más bien artrópodos, gasterópodos y bivalvos) que hay al lado de mi casa, está bonito, y entre otras cosas tienen una momia de Antofagasta, un niño momificado de 4 años. He hablado con el que lleva el museo y le he comentado que soy biólogo y estoy interesado en ese tipo de bichos, y me ha dicho que esté en contacto con ellos, que hacen viajes para tomar muestras y que sin problema me puedo ir con ellos y aprender a pincharlos y disecarlos. Así que me ha dado su tarjeta para meterme de colaborador del museo, a ver qué tal.