Pueblos con encanto: Nono

De entre los múltiples pueblitos existentes en las faldas del volcán Pichincha, Nono es uno de los más tranquilos y pintorescos. Sus calles desérticas, las casitas de colores y la iglesia semi-derruida, le dan la impresión de ser un pueblo abandonado. Si no es por el pequeño emprendimiento de helados y los dos o tres apartados restaurantes, podríamos confirmar esta teoría.   Fuimos a pasar el día y nos comimos una de las gigantescas truchas de la zona. En los alrededores del restaurante, al borde de una quebrada, encontramos diversa fauna y flora, por lo que pudimos dar un pequeño paseo agradable para bajar la comida. Fecha: 28 de enero de 2017