Entre bosques nebulosos, trifinios y quetzales
Este fin de semana fuimos al parque nacional de Montecristo, junto con El Imposible, las dos únicas zonas protegidas eficazmente de El Salvador. Hay que solicitar permiso al ministerio de medioambiente para poder acceder al lugar, aunque es curioso como el área recreativa se llena de domingueros los domingos, valga la redundancia, que nunca llegan a adentrarse en los atractivos senderos que posee este parque. Con acceso únicamente desde la zona salvatrucha, el cerro trifinio es la frontera entre Guatemala, Honduras y El Salvador. La subida hasta la cima es bastante sencilla, con un agradable paseo entre helechos arborescentes, orquídeas, musgos, lianas y otros tantos seres vegetales. Un bosque húmedo tropical repleto de biodiversidad, donde, secretamente, se esconden las