Requegua

Tengo un amigo llamado Andrés. Él vive conmigo desde que llegué a Santiago. Muchas cosas han cambiado en esta casa desde que llegué, pero él siempre ha estado. Lleva diciendo que vayamos un fin de semana a su pueblo mucho mucho tiempo, pero por unas cosas o por otras al final nunca habíamos ido. Este fin de semana ha sido el elegido finalmente. Hemos comido mucho, bebido chicha hecha por su padre, y bailado en la discoteca del pueblo. También vimos el partido de futbol de Chile contra Paraguay, en el típico bar de pueblo con más borrachos que mesas. Ganaron los chilenos 2-0. El pueblo (y todo Chile, supongo) rebosaba de felicidad. A la noche, una luna llena preciosa