Hlane, leones entre monocultivos

Entré en Swazilandia consciente de dónde estaba entrando. El país con el índice de VIH más alto del mundo. Un país pequeño, donde su población está concentrada y del que yo desconocía prácticamente todo, salvo que existe un rey bastante peculiar que tiene nosecuantas esposas y nosecuantos miles de hijos. En el propio puesto fronterizo hay un dispensador de condones, y no te los dan de uno en uno, no; te dan un paquete con una docena de preservativos, lo que impacta a cualquiera nada más llegar.   En fin, un país que yo imaginaba chocante resultó convertirse para mi, en el país más extraño jamás visitado. Una vez pasamos las carreteras de arena entre montañas, llegamos a un mundo