Al otro lado de la bahía de Pemba, muy cercano pero muy lejano si no tienes un barco, se encuentra un complejo de casas de lujo, apartadas del bullicio, tranquilas y en las que viven unos grupos de blancos de los que poca gente sabe nada.
El lugar es maravilloso, con arrecifes de coral en la primera línea de la playa, tanto, que cuando baja la marea algunos asoman. Un lugar tranquilo, sin ruido, sin basura y donde poca gente te puedes encontrar. Nada que ver con el caos de la playa de Pemba los domingos por la tarde.
Entre estas casas existe un hotel compuesto por varias casitas, donde pasar la noche vale 500 dólares por persona y por noche, una minucia si has perdido la cuenta del dinero que entra mensualmente en tu banco. Para el resto de los mortales, una idea descabellada.
Pero como España está en todas partes, tuvimos la suerte de que nuestra amiga y gerente del hotel, nos invitara a acercarnos por allí a pasar un día y una noche. Pudimos hacer snorkel, pasear entre baobabs, visitar los manglares de la bahía, saltar al agua desde la plataforma y disfrutar de los paisajes espectaculares que te ofrece este lugar.
Tuvimos tiempo para creernos millonarios.
Gracias!
Que envidia das!!
Ya tenemos ganas de verte por aqui.
Un beso.
Que envidia… no por la playa, sino por la camiseta "Fijese que…" jejejejejejej