Tengo que viajar a Lima en diversas ocasiones para coordinar temas del proyecto, y a veces, solo a veces, tengo algo de tiempo libre para pasear.
En esta ocasión tuve la oportunidad de vislumbrar el cambio después de seis años. Parece que latinoamérica avanza, y lo hace rápido. Las calles que recordaba sucias y llenas de agujeros están algo más limpias y reparadas; las paredes de las casas y balcones del centro histórico, en parte, también han mejorado, aunque aún se te caen bastantes lágrimas mirando el estado de algunas construcciones que podrían considerarse obras de arte y que están cayéndose a pedazos…
Esta ciudad está construida en los límites de un desierto, y prácticamente nunca llueve; una peculiar neblina cubre el cielo dándole un aspecto fantasmagórico y de far west, que sumado al deterioro de las construcciones, le da un encanto difícil de encontrar en otras capitales.
Se adivina un lugar muy culto, y no es casualidad que sea cuna de poetas y escritores; por muchos rincones encuentras librerías de viejo, donde puedes encontrar todo tipo de publicaciones, desde revistas españolas de los años sesenta hasta la última novela del autor de moda contemporáneo en la edición de coleccionista. Es un gusto pasear por estos ambientes y podría uno quedarse horas rebuscando entre páginas amarillentas devoradas por los ácaros.
Tengo la gran suerte de conocer a Juanjo Fernandez, residente en Lima y fotógrafo profesional, el cual os recomiendo y sugiero que si tenéis un tiempo, visitéis su página, pues tiene trabajos muy interesantes. Y con él nos fuimos a pasear desde Miraflores hasta el morro de Lima, pasando por los bohemios barrios de Barranco y Chorrillos. Me presentó lugares interesantes de esta ciudad, casas escondidas, balcones en ruinas, plazas concurridas, ceviches a pie de puerto y miradores de dos mundos que te enseñan cómo la pobreza y la ostentación se separan por un muro.
Pasamos una tarde bastante entretenida y aprendí a apreciar esta ciudad que otrora no había logrado impresionarme. Simplemente, comparto unas fotografías del paseo para que (ojalá) aprendan a apreciar al igual que yo lo he hecho la ciudad en la que nunca llueve, la eterna ciudad del cielo polvoriento y las paredes oscuras de la ciudad que nunca quiere bañarse.
Barrio de Barranco
Barrio de Chorrillos
Subida al morro
Barrio de Chorrillos
Magníficas fotos de una ciudad especial, que se hace querer a pesar de los pesares y gracias a sus sabores, su música, sus gentes, su efervescencia… disfrútala tu que puedes y gracias por reavivarme los buenos recuerdos. Un fuerte abrazo.
Mil gracias mi estimado! Ojalá el azar o la voluntad nos reencuentren pronto y podamos volver a compartir alguno de aquellos momentos de conversación y sueños!