Mi último viaje a la triple frontera entre Brasil, Bolivia y Perú fue más bien una despedida. Sabiendo que era mi última aproximación a este bonito paisaje traté de aprovechar el tiempo todo lo que pude, por lo que me fui a visitar el histórico pueblo de Xapurí en Acre (Brasil), lugar donde sucedió la historia del famosísimo Chico Mendes, su lucha para proteger la naturaleza y mantener el sustento de los miles de caucheros que vivían de los bosques.
Las empresas ganaderas y agrícolas, tras la caída del valor del caucho, comenzaron a deforestar la zona, poniendo en peligro no estos ecosistemas amazónicos, sino también la vida de todas estas personas. Esta historia es larga, y es triste, y es preciosa a la vez, y a cualquiera que no la conozca le sugiero que lo haga, debería ser obligatorio conocer lo que ocurrió en este lugar tan apartado del mundo. El libro “Senderos de Libertad” de Javier Moro ilustra muy bien toda esta lucha y recomiendo leerlo con detalle. Aquí pude visitar la casa de Chico, convertida en museo para que la historia no vuelva a repetirse. También visité durante unos minutos, lamentablemente, su tumba.
La muerte de Chico Mendes supuso un cambio en el concepto de las áreas protegidas brasileñas, y a partir de ese momento se crean las Reservas Extractivistas para el uso sostenible de los recursos naturales. La primera reserva de este tipo que se creó fue la famosa Reserva Extractvista que lleva por nombre el de este incansable luchador; Chico Mendes, y a la que se accede desde Xapurí.
Yo me hospedé cerca, en un albergue en mitad de un seringal (zonas donde se encuentran los árboles de caucho y donde los caucheros residían para extraer la preciada goma), el Seringal Cachoeira. Y así lo hice porque me habían informado de que en este lugar hacía de guía el primo de Chico Mendes, Nilson Mendes. Pasear con él por el seringal fue emocionante, no solo por encontrar los vestigios de la antigua explotación de estos árboles y conocer los usos de las muchas plantas que allí se encuentran, sino por las historias de lucha y resistencia que nos contó por el camino. Todo un personaje lleno de historia al que me emocionó mucho poder conocer.
Aquí Nilson y su mejor perfil a lo Bill Murray
De regreso tuvimos un taller en Cobija, la ciudad boliviana fronteriza con Brasil, donde paseamos por el barrio Junín, la zona más antigua e la ciudad. En este lugar había un centro de acopio de caucho de la casa Suárez (cuyos muros siguen en pie) a orillas del Puerto de Bahía (antiguo nombre de Cobija), desde donde se mandaba por río hacia otros lugares. Aquí está el puente de la amistad que une Bolivia con Brasil y cruza el río Acre. Esta frontera marcó el fin a la guerra de Acre en la que Brasil se quedó una buena parte de Bolivia, y donde los bolivianos lograron frenar el avance lanzando flechas con bolas de queroseno incendiadas causando así muchas bajas en el otro bando.
También visitamos los murales de la Universidad Amazónica de Pando, que representa parte de la historia de esta región del país. Además pudimos ver algunas esculturas interesantes, como la de las “tres cabezas”, con Nicolas Suarez, Jose Manuel Pando y a Bruno Racua, héroes de la batalla de Bahía y de la guerra de Acre.
El monumento de “El Carretón” muestra el transporte tradicional que se usaba para traer el caucho hasta el río en aquella época.
También es interesante el “Monumento contra la infamia”, que rememora la masacre de Porvenir que ocurrió en 2008 contra líderes campesinos.
Y concluyo la entrada con unas siempre preciosas fotos de La Paz, hechas en el trasbordo de vuelta, donde me tocó pasar un día en la ciudad. Disfruten dell Illimani al fondo mostrando todo su esplendor o del lago Titikaka desde el cielo.
Fecha: 8-10 de julio de 2017