Allá por el año 1996, mi tío Jose Luis Yuste inventaba (o “no había antecedentes conocidos”, como rezaba este artículo de El País) una técnica que iba “entre la artesanía y la tecnología”. Consistía en “pintar” con un proyector de alta potencia, los monumentos de Madrid. Así se paseó por algunos lugares, y durante unos dos o tres años, se dedicó a proyectar acetatos con dibujos sobre los monumentos más importantes de España. Con el tiempo, sucedió lo inevitable, otra gente empezó a hacerlo y poco a poco esta técnica se fue perfeccionando y mostrando por el mundo sin que el nombre de Jose Luis fuese mencionado en ningún sitio.
A día de hoy, esta técnica, conocida como mapping, se hace en diversos lugares del mundo, donde se combina con movimientos, vídeos, música, y todo lo que uno pueda imaginarse. En Quito, desde hace tres años, la alcaldía hace una semana de mapping sobre los monumentos del centro histórico patrimonio de la humanidad, creando un ambiente único y precioso. Aunque el centro se masifica y colapsa con miles de personas congregadas en sus calles, cada año vale a pena salir de casa para pasear por la noche y perderse por las bonitas fachadas pintadas de esta linda ciudad pintada.
Fecha: 8 de agosto de 2018