En una rápida oportunidad en la que participé en un taller en la amazonía brasileña, tuve que hacer escala en la ciudad de La Paz, en Bolivia, para poder llegar hasta allá. Así que como de costumbre, a la ida, me di un paseíto por el mercado de las brujas y aproveché para fotografiar algunas de las mil espectaculares caras que uno allí se encuentra.
A la vuelta, que tenía algunas horas más, aproveché para visitar las ruinas de Tiwanaku, una cultura que existió entre el 1580 a.C. y el 1000 d.C. aproximadamente. Se trata de una ruina bastante grande que conserva figuras, puertas y grabados muy importantes, además de algunos de los muros originales y otros restaurados.
Leído en Wikipedia
“Cuando los conquistadores españoles llegaron al sur de un lago en el altiplano, quedaron asombrados al ver ruinas de una ciudad abandonada totalmente construida de grandes moles de piedra y extrañas esculturas. Inmediatamente llamaron a un nativo y los conquistadores le intentaron preguntar mediante señas cómo se llamaba esa ciudad. Al notar que el aborigen siempre decía “Thia wañaku”, adoptaron el vocablo “Tiawanaku”. Ahora bien, interesante, solo les estaba diciendo ‘Es la ribera seca’ en su lengua, el aimara (thia significa ‘ribera’ y wañaku, ‘seca’): no estaba nombrando la ciudad en ruinas”
Las estelas son espectaculares, con gran detalle y en general muy bien conservadas. Algunas están a la intemperie, pero la más importante (junto con gran cantidad de objetos, tejidos, utensilios y alguna momia) se encuentra en un museo anexo. Esta estela gigante, de 7,20 metros, es conocida como Monolito Bennett o Estela 10, y no está permitido fotografiarla; sin embargo, con el movil alcancé a hacer una modesta foto sin flash para poner por aquí. Esta figura lleva en el museo desde el año 2002, después de pasar 69 años expuesto en una plaza de la ciudad de La Paz, donde sufrió diversos daños, pero que por suerte no han acabado con su belleza.
Fecha: 18 de agosto de 2018