Este fin de semana, con motivo de la despedida de Sara, nos hemos ido a unas casitas en Ahuachapán. Un lugar llamado “los ausoles”, palabra náhuatl, que viene a significar “fumarola volcánica”. El lugar es impresionante, han canalizado todas las aguas termales en unas piscinas de diferentes temperaturas donde uno se puede bañar y quedarse extasiado por horas. Un lugar con una gran fuerza natural que deja a uno boquiabierto ante las cosas asombrosas que tenemos en el planeta.
Los ausoles en sí están en los alrededores, y les hicimos una visita, pero entre el humo azufrado que sueltan, el calor y el gran olor, uno se queda mareado de la intoxicación. Los geiseres lanzan barro hacia arriba y algunos se pringaron enteros para “purificar su cutis”.
Todo esto se encuentra situado entre cafetales de montaña, y nos acercamos a las refinerías para visitar a las personas encargadas del procesamiento. Lo mejor fue ver cómo se divierten los niños en las montañas de las cáscaras de café quemadas…..
Cómo te lo pasas Sergio!
Espero que de vez en cuando curres algo, que a veces parece que estás ahí ná más q living la vida loca, de spas y tal… q cabrón
me alegro, te envidio y echo de menos que estés por aquí a partes iguales
Jaime
nada mejor que unas buenas termas
saludos lindo!!
Hacía tiempo que no me pasaba por aquí y veo que no paras eh!!!
Muy chulas las fotos, un saludo y a ver si este año tenemos suerte y nos vemos en madird recogiendo algún premio
😛
Disculpa, quiero conocer ese lugar, me puedes dar la direccion?