Fecha: del 26 de diciembre de 2021 al 9 de enero de 2022
El segundo día del viaje amanecimos bastante temprano, cuando el sol aún no se asomaba por el horizonte; nos dirigimos hacia el puerto de la ciudad vieja y compramos dos billetes de barco para cruzar hasta la famosa Isla de Gorée, uno de los destinos turísticos más importantes de Senegal. Este lugar es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1978.
Se trata de una pequeña isla con construcciones coloniales famosa por ser uno de los puntos de acopio donde, primero los portugueses y después los franceses, acumulaban esclavos secuestrados de las diferentes aldeas africanas para distribuirlos hacia América, principalmente Estados Unidos, Caribe y Brasil.
Después de embarcar iniciamos el viaje, que dura aproximadamente media hora, y desde la barandilla del barco pudimos contemplar la salida del sol e ir viendo como paulatinamente las preciosas edificaciones de la isla iban llenándose de llamativos colores, mientras nos rodeaban grupos de pescadores que se buscan la vida en el canal que separa la isla del continente.
Llegamos allí cuando todavía no había ningún turista, y tuvimos las calles para nosotros solitos durante una hora u hora y media. Pudimos ver a los barrenderos limpiando las calles por la mañana, llenando carros tirados por burros. También vimos a los niños salir hacia la escuela, y a los y las empleadas dirigirse pausadamente hasta sus lugares de trabajo. Contemplamos cómo se instalaban los puestos de souvenirs y se abrían los restaurantes. Este tiempo solos paseando por la pequeña isla fue un momento relajante e inspirador que nos hizo enamorarnos de la isla para siempre.
Al rato abrieron las puertas de la casa de los esclavos, ahora reconvertida en museo, que funcionó como punto de no retorno a África y almacén para el tráfico de personas durante más de 300 años. Aún se conservan las celdas donde se distribuían hombres, mujeres y niños, y que desembocan en un angosto pasillo que se abre al mar, desde donde los esclavos eran conducidos al barco que les llevaría a cruzar el continente, si es que aguantaban las duras e inhumanas condiciones de transporte. Es importante que estos lugares sean mostrados al mundo para que lo que ocurrió nunca vuelva a repetirse.
A continuación coloco un mapa que muestra los barcos de esclavos que salieron de África hacia el mundo, si le das pausa, puedes pinchar sobre cada barco y ver la información sobre la nacionalidad del mismo, de dónde hasta dónde viajó, y cuántas personas transportó (considerando las que salieron vivas y las que llegaron vivas).
A pesar de la triste y oscura historia de esta isla, el lugar es hermoso, con cientos de casitas coloniales y callejuelas con rincones preciosos donde perderse o sentarse a contemplar la vida de los habitantes de este rincón mágico de África.
Como es de imaginar, este lugar tenía que ser bien defendido de las otras codiciosas colonias, y por ello existe un fuerte en norte de la isla y unos cañones enormes en la parte más alta y al sur. Paseamos por el fuerte, que ahora es un museo antropológico de la historia de Senegal, no muy bien cuidado pero interesante. En la plaza que da acceso a la fortaleza hay una estatua de dos esclavos rompiendo sus cadenas, ofrenda hecha por el pueblo de Guadalupe al pueblo hermano de Senegal, de donde procedieron, probablemente, la mayoría de los habitantes de esta isla caribeña.
También subimos hasta la parte alta de la isla, a través de un camino lleno de baobabs y con puestos de artesanía y souvenirs hasta llegar a los cañones. Desde lo alto se vislumbra toda la isla y es un perfecto mirador para tomar algunas fotografías.
Por la tarde regresamos a Dakar y aprovechamos para visitar el Museo de las Civilizaciones Negras, que está ubicado en un edificio moderno, inmenso e impactante. En su interior se hace un recorrido por el arte africano proveniente de los diferentes pueblos del continente. Allí se puede contemplar la historia a través de atuendos, herramientas, instrumentos, armas, máscaras y fotografías. Pasamos en su interior un par de horas más que interesantes. Se trata de un lugar totalmente recomendable.
Antes de regresar a casa pasamos de nuevo por la estación de Dakar, recién inaugurada y con unos trenes super modernos que se desplazan hasta la ciudad dormitorio de Rufisque.
Ruta: Dakar – Isla de Gorée – Reserva de Bandia – Laguna de Somone – Cementerio de Conchas de Fadiouth – Isla de Fadiouth – Palmarin – Djiffer – Delta del Saloum (Falia) – Ziguinchor – Abene – Usui – Mlomp – Elinquín – Cap Skirring – Diembering – Bouyouye – Siganar – Ninabalan – Ziguinchor – Thiès – Saint Louis – Reserva de las Aves de Djoudj – Desierto de Lompoul – Kébemer – Dakar