Guatemala y Belice: Historia y Naturaleza

Fecha: 21 de octubre al 6 de noviembre de 2022

Aunque hace siglos que no consigo actualizar el blog, y llegando a un punto de quizás no retorno (más de dos años de retraso), voy a tratar de actualizar este fantástico viaje que hice con Vero en 2022. La realidad es que no tengo prácticamente tiempo para dedicarme a esto. Claro que seguimos saliendo los fines de semana, pegándonos vacaciones estupendas y disfrutando siempre que se puede conociendo lugares nuevos, pero el ritmo de trabajo es frenético y no consigo sacar muchas ganas, sobre todo de editar fotos. No obstante, voy a proponérmelo y a ver si consigo actualizar este viaje.

Este viaje lo diseñamos aprovechando un evento que tuve yo por trabajo a la Antigua Guatemala, lugar maravilloso en el que ya estuve en el año 2010. En realidad, algunos de los lugares que visitaríamos en este periplo, ya los conocía; pero nunca está de más, re-conocerlos, acompañado y, además, meterle algunos lugares nuevos a la ruta.


La Antigua Guatemala la encontré prácticamente igual. Sus casitas de colores, sus patios coloniales, sus calles empedradas y sus iglesias en ruinas; todo seguía allí. Quizás más restaurado y quizás con mayor cantidad de vehículos. Una de las cosas que me llamaron la atención fue la organización de las ventas ambulantes, las cuales casi han desaparecido en comparación con la otra vez que estuve, más de una década atrás. Ahora han establecido mercados y puntos de venta donde las mujeres (en su mayoría) indígenas se puedan colocar para vender sus artesanías.

En Antigua estuvimos 3 días en total, aunque en realidad yo los pasé encerrado en el Centro de Formación de la Cooperación Española, aprovechando las tardes para pasear. Es prácticamente imposible estar en esta ciudad mágica y no comprarse nada. Por suerte, nos acompañaba en el taller Patricia, joven cooperante que se volvió para San José después del evento. Gracias a ella pude mandar mi ordenador de vuelta, la ropa formal tan innecesaria y todos los adornos que compramos, evitándonos pasearlos por todo el país. Aunque finalmente acabamos comprando en otros lugares también, y cargé artesanías de madera que dejaron mi mochila a reventar.

Antigua es para relajarse, para pasear por las callejuelas, tomar café delicioso en sus agradables cafeterías y comer hasta reventar platos tradicionales del país. Recomiendo especialmente las sopas como el Pepián y el Kak’ik. En muchos de estos lugares te acompañará de fondo la melodía de la marimba, que puede llegar a convertirse en un sonido hipnótico del que no puedes salir, entrando en un bucle de percusión infinito.

Si tienes suerte y el cielo está despejado, verás a tu alrededor varios volcanes, de los cuales, el más impresionante es el Volcán de Fuego, que constantemente expulsa humaredas enormes. Para verlo de cerca, la gente sube al volcán Acatenango, donde pernoctan y sacan unas fotografías nocturnas alucinantes del espectáculo del volcán de Fuego. Parece que es una ruta que requiere bastante capacidad física, así que lo dejaré para cuando mi capacidad física esté mejor… ¿algún día?

Una ruta que sí hice la otra vez fue la del volcán Pacaya, que también es famoso por sus erupciones y flujos contínuos de lava. Ahora mismo está calmado y parece que el espectáculo paró, pero seguro que en cualquier momento vuelve a mostrarnos todo su esplendor. Recomiendo ver las fotos de la subida que hice en 2010, en el link que puse más arriba.

Después de finalizar mis compromisos laborales, nos enrumbamos hacia Chichicastenango, donde pasamos la noche del sábado. Llegar hasta allí fue una odisea, pues no hay una ruta directa y tuvimos que cambiar de bus en varias ocasiones. Estos buses clásicos de Centroamérica llegan a su máximo esplendor en Guatemala. Se trata de buses escolares que se han desechado en Estados Unidos y acaban teniendo otra vida en estos países, donde los pintan de colores, los llenan de luces y les colocan escritos diversos, bien bíblicos, bien futboleros, envidiosos, instrucciones, o las mil y una cosas que se te puedan ocurrir. Los gringos los llaman “Chicken bus“, imagino que porque en más de una ocasión compartes asiento con todo tipo de animales. También son una excelente manera de jugarte la vida, pero es una experiencia que recomiendo a todo el mundo.

Chichicastenango es muy conocido, no solo por su mercado de artesanías de los jueves y los domingos, sino por su misa sincrética y prácticamente imperceptible, por la cantidad de humo de copal que allí se quema. En las escalinatas que dan acceso a la iglesia de Santo Tomás (ubicada sobre una antigua base ceremonial maya), mientras en su interior se lleva a cabo la misma cristiana, los líderes espirituales, realizan una ceremonia con flores, velas, aguardiente y fuego, donde hacen sus oraciones en Quiché y piden a los dioses por sus diversas necesidades. En la misma calle, a unos pocos metros de allí, nos llamó la atención una pequeña capilla, llamada “del Calvario”, que no dispone de bancos y sí tiene en su interior pequeños altares para realizar las ceremonias mayas, permitiendo a los ajq’ijab’ quemar sus ofrendas allí dentro.

El mercadillo es una locura, miles de personas (y miles de gringos) se dan cita en estas callejuelas llenas de puestos de telas, ropas, artesanías, verduras, frutas, comidas preparadas y aniamles vivos. Caminar se torna prácitamente imposible, más bien uno se deja desplazar por la masa y pierde el sentido de la orientación hasta el punto de no saber bien dónde se ubica en cada momento.

Cuando fuimos expulsados de la masa de gente, nos dimos un paseo por el cementerio. Allí, encontramos a las familias reunidas para preparar y limpiar las lápidas previo a las festividades de muertos, tan conocidas en México y super tradicionales en el norte de Centroamérica. Es curioso ver cómo se toca música, los niños juegan al escondite, se come sentado en las lápidas y se conversa con otras familias de una manera tan natural. Además, los colores de las lápidas y mausoleos son de colores alegres y llamativos, un concepto totalmente diferente al nuestro.

Después de este día tan completo e interesante, buscamos otros autobuses para desplazarnos a Panajachel, al que muchos denominan Gringotenango, por la cantidad de turistas que se amontonan en la calle principal y costanera de este pueblo a las orillas del lago Atitlan, pero esta parte la contaré en la siguiente entrada.



Ruta: Antigua – Chichicastenango – Panajachel – San Marcos la Laguna – San Juan la Laguna – San Pedro la Laguna – Santiago de Atitlán – Lanquín – Semuc Champey – Flores – Ruinas Tikal – Ruinas Yaxha – San Ignacio (BZ) – Barton Creek (BZ) – Ruinas Xunantunich (BZ) – Ciudad de Belice (BZ) – Cayo Caulker (BZ) – Reserva Hol Chan (BZ) – Flores – Rio Dulce – Livingston – Ciudad de Guatemala

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Patricia dice:

    Las fotos y la descripción del viaje permiten sentir lo maravilloso que fue.
    Siempre tienes una forma de transmitir lo mejor de los lugares que vistas, sobre todo a través del objetivo: realidades y sus colores vibrantes.

    Muchas gracias por compartirlo

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