Del Mediterráneo hacia la sierra jienense

Desde Albaricoques nos dirigimos hasta Mojácar, previo paso por Sorbas, un pequeño pueblo al borde de un acantilado, famoso por las formaciones kársticas y cuevas producidas por la erosión del río Aguas. Tratamos de ir pero era necesario contratar una excursión y no se puede entrar cuando a uno le plazca, así que nos quedamos sin verlas. Sin embargo sí pudimos disfrutar de un paseo por los múltiples miradores del pueblo y de su mercadillo ambulante.  Más adelante, llegamos hasta Mojácar, pueblo blanco blanquísimo, enclavado en lo alto de una montaña y que ha sido poblado por las múltiples culturas que han pasado por la península. Fue uno de los puntos más asediados en la reconquista y rendición clave para

De Sierra Nevada hasta Almería pasando por el desierto

Ya llegábamos al ecuador de nuestro viaje, pero aún faltaban, en el camino por recorrer, lugares tan espectaculares como los ya visitados y dejados atrás. La primera parada en esa mañana soleada fue el pueblo de Guadix, enclavado en las estribaciones de Sierra Nevada, con una catedral preciosa y miles de casitas de teja rodeándola. Subimos hasta lo alto de un mirador para contemplar el pueblo y las montañas nevadas al fondo. Seguimos rodeando el Parque Nacional de Sierra Nevada y decidimos internarnos un poco hacia uno de los pueblos que forman parte de este área protegida; Abrucena. Un pueblo pequeño, enclavado en la montaña y con unas callejuelas tan estrechas que casi no conseguimos darle la vuelta al coche.