Si Ho Chi Minh levantara la cabeza y se topara con Saigon…

Que desmadre de ciudad, motos por aquí, coches por allá, vendedores ambulantes, mujeres de compañía, libros, películas y discos piratas, cables enmarañados, olores, ruidos, luces. Algo caótico con mucho encanto. Apenas un par de noches en esta ciudad para conocer el ambiente y a algunos compañeros de habitación con los que pasé unas horas jugando al billar han sido suficientes para hacerme una idea de la bulliciosa gran ciudad de Ho Chi Minh (antigua Saigón). Tiene unos mercados bastante interesantes en los que puedes encontrar los cascos originales (o eso creo, porque aquí todo es de dudosa procedencia) de la invasión de Estados Unidos. Cascos como el famoso que aparece en “La Chaqueta metálica” con inscripciones de paz y otras

Dunas tropicales en Mui Ne

Mui Né no era para tanto, básicamente una carretera llena de hoteles apartada del pueblo, una playa que está perdiendo la arena por la erosión del mar y por construir donde no se debe y que, además, está repleta de hilos de nylon con anzuelos, por lo que el riesgo de ser “pescado” es bastante alto. Pese a todo, los alrededores son maravillosos. Un conductor de moto me llevó a visitarlos porque yo no me atrevo a manejar una moto (primero porque no sé y segundo por el loco tráfico de este país). Fuimos a ver las dunas blancas, el lago de flores de loto, las dunas rojas y “el río por el que se camina hasta llegar a una