Meteora, monasterios colgados y vida más allá de las nubes

El viejito del hotel de Delfos nos dijo “cuando estén llegando a Kalambaka, dense un momento para parar el coche y mirar al frente. No olviden llegar antes de que anochezca”. Sin embargo nos fue imposible contemplar las vistas montañosas de las que todo el mundo hablaba. Después de haber visto en el mismo día Delfos y Osios Loukás, llegamos hasta Kalambaka de noche y bastante cansados. Encontramos el hotel y nos fuimos a dormir. El hotel, Monastiri Guesthouse, merece mención en el blog, pues la señora que atiende lo hace con todo el corazón, las habitaciones son simplemente insuperables y el desayuno es fantástico y recién hecho. Por la mañana abrimos el balcón de la habitación y allí estaba,