Las fortalezas dálmatas: Kotor y Dubrovnik
Amanecimos en Kotor y nos quedamos boquiabiertos con la bahía sobre la que está construido y las montañas que la rodean. Caminamos hasta la puerta de entrada a la zona amurallada y alucinamos porque justo en frente, entre diversas embarcaciones había un crucero gigantesco estacionado. Tan grande que uno se plantea por dónde puede entrar hasta ahí semejante monstruo. Paseamos un rato por el casco histórico y disfrutamos de las callejuelas semi vacías debido a que era bastante pronto. Esta ciudad me resultó muy bonita y agradable para pasar un rato perdiéndose entre sus calles. Con iglesias escondidas entre sus estrechos pasajes y con ropa recién lavada secándose al relente de la mañana. Una de las visitas obligadas de Kotor