Parque Nacional Krka
Split por la noche, como dije en la entrada anterior, es algo mágico. Dentro de las murallas del casco histórico, es una ciudad fresca, con ambiente agradable y músicos callejeros que le aportan un toque excepcional. Por la mañana nos recibió con un sol estupendo, con calor y con poca gente. Paseamos un poco para ver con luz lo que habíamos recorrido por la noche, subimos hasta el campanario de la catedral, y las campanas repicaron brutalmente cuando estábamos subiendo por la escalera que las rodea; casi morimos de un infarto, pero una vez arriba, las vistas de la ciudad, el puerto y el mar Adriático, merecieron la pena. Posteriormente nos fuimos hasta el Parque Nacional Krka (¿alguien sabe cómo