Aunque todos me imaginabais tomando cañas, porque muerto sabiais que no estaba, tampoco existía esa posibilidad, pues cañas, cañas, aquí no hay… Llevo un año sin salir de Mozambique y sin hacer demasiados desplazamientos. Parece que Sergio empieza a sentar la cabeza… o no, pero la cuestión es que 2013 ha sido un año lamentable en cuanto a viajes se refiere. Ha sido maravilloso en otros aspectos, pero no en ese. El mes pasado tuve la oportunidad de ir a la Isla de Vamizi, una isla muy estrecha pero muy larga, perdida en el Archipiélago de las Quirimbas, donde sólo hay una comunidad y un resort de mega lujo de más de mil dólares la noche (manjar de dioses).
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El 31 de Enero terminé mi contribución al proyecto en el que estaba trabajando. Es decir, se terminó mi contrato. Lo normal habría sido subirme a un avión y volver a esa pista de aterrizaje que siempre me espera, a recorrer los pasillos de esa T4 madrileña y subir más de 200 escaleras mecánicas hasta reencontrarme con mi familia. Eso, repito, habría sido lo normal. Y yo, intentando no salirme de MI normalidad, decidí quedarme. Esta vez ya no en Mecúfi, si no en Pemba, la capital de la provincia de Cabo Delgado, Mozambique. Me ofrecieron trabajar de profesor en la Facultad de Biología en la Universidade Lúrio de Pemba y acepté. Por lo tanto, ahora estoy desde hace
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Al otro lado de la bahía de Pemba, muy cercano pero muy lejano si no tienes un barco, se encuentra un complejo de casas de lujo, apartadas del bullicio, tranquilas y en las que viven unos grupos de blancos de los que poca gente sabe nada. El lugar es maravilloso, con arrecifes de coral en la primera línea de la playa, tanto, que cuando baja la marea algunos asoman. Un lugar tranquilo, sin ruido, sin basura y donde poca gente te puedes encontrar. Nada que ver con el caos de la playa de Pemba los domingos por la tarde. Entre estas casas existe un hotel compuesto por varias casitas, donde pasar la noche vale 500 dólares por persona
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Ya llevo tres días por aquí, y la verdad que a cada segundo me gusta más. Pemba es la ciudad donde pasaré los fines de semana, y quizás algún día entre semana para reuniones o tener acceso a internet. Es una ciudad costera dentro de una bahía y con unas playas espectaculares. La vida se desarrolla alrededor de la costa, y aunque se conduzca por la izquierda como en Inglaterra, el tráfico es muy fluido y la ciudad es poco caótica. Apenas hay coches y solo tiene 150.000 habitantes; la mayoría de sus calles son arcillosas de color anaranjado, y se va la luz cuando menos te lo esperas. Tranquilidad y mucho sol. En Mecufi, a 38 Km., es donde
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