Reserva de Vida Silvestre Amazónica Manuripi

Después de salir de La Paz, sobrevolando maravillosas montañas nevadas, y de ver las preciosidades andinas, el paisaje fue cambiando, tornándose cada vez menos montañoso y más verde; las nubes se acumulaban en (nunca mejor dicho) pequeños cúmulos, entre los cuales se comenzaron a asomar las serpientes rojizas del río Madre de Dios, estaba viendo desde el aire por primera vez la Reserva Manuripi, con la que debo trabajar durante los próximos años.   En la ciudad de Cobija me esperaba mi ya amigo Walter, director del área protegida, que junto con las consultoras que están trabajando para el proyecto, y Juan Carlos, técnico de la reserva, nos adentramos por tierra hacia las comunidades extractoras de castaña que allí habitan.