Pequeña vuelta a los Grandes Lagos

Con esta entrada da inicio otro viaje por carreteras lejanas que discurren entre paisajes de ensueño. Esta vez, Vero y yo, acompañados de mi hermano Javier y su mujer Vega, recorrimos el complejo de lagos que separan Estados Unidos y Canadá. Buscábamos realizar una vuelta a los grandes lagos por carretera que sirviese como una primera aproximación hacia este enorme escenario de espejos, llanuras, bosques y rocas de colores.

Todo este plan inició por la necesidad de viajar hasta Chicago, donde reside la hermana de Verónica, y donde pasamos unos días familiares antes de iniciar el viaje. Como es de obligación, en Chicago, paseamos por el Millenium Park, donde vimos las gigantes caras cambiantes que escupen agua y el monumento confuso, brillante y con superficie de espejo llamado bean (judía/frijol). La verdad es que, aunque ambos atractivos son bastante bizarros, el conjunto del parque, el paseo, y los rascacielos de Chicago desde esa perspectiva son hipnóticos.

El primer día paseamos por el centro, visitamos la torre 360, con una espectacular vista del puerto de Chicago y los edificios de alrededor. En este lugar hay una atracción llamada “tilt”, que básicamente son unas cabinas en la pared de vidrio del edificio que se inclinan hacia el vacío. Impresionante.

Ahí se ve el Tilt con la gente asomada

Después cogimos un barco desde el río Chicago que salió por el puerto, donde unas compuertas hacen cambiar el nivel del agua para igualarse con el nivel del lago. Este momento es sorprendente, si me quedo boquiabierto con esta pequeña obra de ingeniería, ¿qué cara pondré cuando vea el Canal de Suez? El barco se adentra un poco en el lago y discurre a lo largo del skyline de la ciudad, dando explicaciones sobre los edificios y la historia de la ciudad. Sorprende a la salida del río la inmensa torre con el rótulo “Trump”, pero en general la masa de edificios de esta ciudad es abrumadora. Cantidad de torres infinitas, algunas bastante antiguas y otras más nuevas, plantadas a lo largo de esta inmensa ciudad le dan una apariencia majestuosa.

Tras varios paseos mirando al cielo, comimos en Giordanos para probar la famosa Deep Dish Pizza, que viene a ser un quiche de pizza, por el que esperas aproximadamente 45 minutos; nos decepcionó un poco. Otro de los lugares imprescindibles en la ciudad es la Torre Willis, la torre más alta de Chicago, y que tiene, también, unos salientes de vidrio que dan al vacío, no aptos para miedosos. Espectaculares vistas y sensación de vértigo; imperdible.

Por la mañana del tercer día alquilamos el vehículo que nos llevaría a recorrer cientos de kilómetros sin perder la vista de unas masas de agua dulce tan grandes que se confunden con mares y océanos.


Fecha: 10 al 25 de Agosto de 2019

Ruta: Chicago – Middlebury – Shipshewana – Detroit – Niagara-on-the-lake – Niagara Falls – Toronto – Fergus – Elora Gorge Conservation Area – St. Jacobs – Bruce Peninsula (Fathom Five – Tobermory – Mermaid Cove – Singing Sands – Log Dump – Miller Lake) – Manitoulin Island (South Baymouth – M’Chigeeng – Bridal Veil Falls – Gore Bay – Silver Water – Misery Bay – Cup & Saucer Trail) – Sault Ste. Marie – Upper Peninsula (Tahquamenon Falls – Grand Marais – Chapel Falls – Munising – Miners Castle – Mosquito Falls) – Lake of the Clouds – Summit Peak – White Pine – Bergland – Madison – New Glarus – Monticello – Monroe – Chicago

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