Amanecimos en Elora Gorge, recogimos la tienda y nos dirigimos hacia la Península de Bruce, un pico de tierra que se adentra en el lago Huron. Parece que este es un lugar vacacional de los canadienses, donde, con mucho tiempo de antelación (más de 4 meses), ya estaba todo reservado para acampar; y los hoteles, a unos precios inaccesibles. Además, las reservas te piden un mínimo de dos noches seguidas, por lo que unos meses antes habíamos buscado por internet y encontrado un lugar en el que (rogando) nos permitieron acampar durante una única noche.

Este lugar llamado “Millers Family Camp”, que en nuestro imaginario era un pequeño camping liderado por la entrañable familia Miller, resultó ser un camping enorme donde diversas caravanas se asientan durante todo el verano. Todo esto, a las orillas del lago Miller. En el momento en el que llegamos para instalar nuestras cosas nos dimos cuenta del gran error que cometíamos escribiéndoles los correos iniciando con “Dear Millers Family:”.

Tras hacer el ingreso en el camping, nos dirigimos hasta el pequeño Cyprus Lake, desde donde pensábamos hacer el sendero más famoso de la península; “The Grotto”. Sin embargo nos rechazaron en la puerta al parque nacional porque no teníamos reserva. No nos lo podíamos creer, nunca habríamos imaginado que este lugar iba a ser tan famoso y reclamado.

No obstante, nos dijeron que no nos desanimásemos, en realidad este lugar está lleno porque la gente acampa dentro, y los campings estaban llenos; no porque todo el mundo estuviese haciendo el camino. Otros muchos senderos en la península no tienen zonas de acampada y “seguro que se puede acceder sin problemas”.

Haciendo caso a la recomendación, nos dirigimos primero hasta la punta de la península, cerca del pueblo de Tobermory, desde donde se accede al Parque Nacional Marino Fathom Five, más concretamente al sendero que lleva a Dunks Point y Mermaid Cove. El paseo es muy agradable, llano y entre coníferas, concluyendo en un acceso rocoso a las aguas cristalinas del lago, donde me di un chapuzón en agua helada y casi me quedo tieso.

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Después de este paseito, nos fuimos hasta la punta misma de la península, donde se encuentra el faro Big Tub; allí nos relajamos un poco mirando el horizonte y nos dirigimos hasta un punto llamado “Singing Sands”, lugar que por las fotos promocionales tiene unas arenas de playa infinitas; sin embargo, después del invierno tan helado que hubo en 2018, con el deshielo del verano, el nivel del agua ha subido mucho y prácticamente estaba todo inundado. Javi y yo nos metimos hasta bien adentro y el agua no nos superó nunca las rodillas. Este lugar estaba plagado de gente, y hay un camino por unas pasarelas de madera, sin embargo, no nos llamó demasiado la atención, debe ser mucho más bonito con las aguas bajas.

Finalmente, y para ver el atardecer, llegamos al sitio que más nos gustó de todo lo que visitamos en el Parque Nacional de la Bruce Península, una playa de rocas blancas llamada “Halfway Log Dump”. En este lugar, al que se llega después de caminar exáctamente un kilómetro, uno se puede quedar relajadísimo viendo el agua cristalina moverse sobre las rocas. Es un lugar precioso y silencioso, aunque la dificultad para caminar sobre estas rocas tan pulidas impide darse un paseo en condiciones. Cuidado con los mosquitos al atardecer, pues ¡son voraces!

Cuando comenzó a anochecer nos regresamos hasta nuestro camping, donde fuimos a dormir prontito para madrugar al día siguiente, que teníamos que estar en el ferry que tomaríamos a las 6:00 de la mañana, pero esa ya es la historia de la siguiente entrada.

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