Esa mañana madrugamos para alcanzar el ferry que nos permitiría atravesar el pequeño estrecho sobre el lago Huron. Este ferry, conocido como Chi Cheemaun Ferry, conecta los pueblos de Tobermory y South Baymouth. Los horarios son un poco extraños, y el primero es muy pronto y el segundo muy tarde, por lo que optamos por el primero, a las 7:00 de la mañana. No obstante, si vas con vehículo, hay que estar una hora antes en el puerto.
Nos despertamos muy pronto, con más frío del habitual, y aunque aún no había salido el sol, se intuían unas nubes negras cubriendo el cielo. Comenzamos a desmontar nuestra tienda de campaña, y cuando estábamos por concluir, comenzaron a caer pequeñas gotas. Con las justas entramos en el coche y ya no paró de llover en todo el camino. Medio dormidos y un poco a tientas, hicimos cola en el puerto con otra gran cantidad de vehículos madrugadores; hasta que finalmente nos revisaron los billetes, nos cobraron el precio de las entradas (que no te las cobran cuando las “compras” en la web pues necesitan contrastar el tamaño del coche y poderte dar el precio exacto in-situ), y pudimos acceder al parking de este gran barco.
El trayecto, que se nos hizo bastante corto, duró lo justo como para poder desayunar en el restaurante (muy variado y a precios accesibles) del barco y dar una vuelta por la cubierta, pues paró de llover un poco.
Llegamos a South Baymouth, sin mucha idea de qué visitar en esta isla, sobre la que comenzamos a leer un poco sobre la marcha. Llegamos a M’Chigeeng, un pueblo con claro nombre indígena. Por lo que pudimos leer, el 40% de la población de la isla proviene de 6 Naciones Anishinaabe (M’Chigeeng, Sheguiandah, Sheshegwaning, Aundeck Omni Kaning, Wiikwemkoong y Zhiibaahaasing). Y aunque aparentemente no hay mucha diferencia entre el Canadá rural y este, se puede percibir la tranquilidad y la vida armónica con la naturaleza. De estas 6 reservas, destaca Wiikwemkoong, como la única comunidad indígena en Ontario que se ha negado repetidamente a firmar un tratado. Y aunque nos paramos ante lo que se promocionaba como una agencia de turismo para conocer las reservas, estuvo cerrada hasta más allá de las 10 de la mañana, y además los precios que ofrecían por un paseo en canoa o la visita a un bosque con plantas medicinales, se nos escapaban de las manos; por lo que nos dedicamos a circular por la isla y a disfrutar de la naturaleza, donde en cualquier esquina te puedes topar con un venado que te mira con cara de curiosidad.
Intentamos hacer un sendero llamado Cup & Saucer, pero el agualluvia que caía nos hizo desistir de la idea y terminamos por darnos la vuelta y subirnos al coche de nuevo. Lo intentaríamos al regreso. No obstante, y aunque el tiempo no acompañaba, la vuelta por la isla fue muy interesante; según avanzábamos, íbamos viendo letreros en lenguas indígenas, los carteles de STOP están en su idioma, y muchos rótulos y pueblos con estos nombres imposibles de leer.
Finalmente se aclaró el día y pudimos parar cerca del pueblo de Kagawong para visitar una cascada llamada “Bridal Veil Falls”; por lo que seguro que no es el nombre ancestral y se lo puso en su momento algún elocuente colonizador inglés, y no fue capaz de inventar un nombre original, pues este es el nombre más repetido en cascadas por todo el mundo. En cualquier caso, se trata de una pequeña catarata muy bonita, en la que te puedes meter detrás y disfrutar de la caída del agua desde el lado no convencional. Un poco plagado de turistas, pero conseguimos nuestra foto y disfrutar del paseito.
Continuábamos aproximándonos a Silver Water, donde se encontraban las cabañas que habíamos reservado para las siguientes dos noches, y por el camino pudimos hacer una parada en Gore Bay, donde paseamos un poco por el muelle deportivo y nos acercamos hasta el faro Janet Head. Los infinitos paisajes lacustres y bosques de coníferas no te abandonan en ningún momento del trayecto, y aunque los pueblos no tienen mucho de especial, el recorrido en sí y los paisajes de alrededor son tan hermosos que te hacen olvidar el tiempo y las distancias no se sienten.
Finalmente, y previa compra de suministros alimenticios en uno de los pueblos del camino, cruzamos el puente sobre el lago Wolsey (lago dentro de lago) y llegamos a las orillas del pequeño lago Silver, donde Ashley nos recibió y nos sentimos como en casa.
En estas bonitas cabañas disfrutamos de dos días de relax frente al lago, dos días de un tiempo espectacular, donde nos dimos baños en el lago, paseamos con las canoas, hicimos ingentes barbacoas con cerveza, hogueras nocturnas con marshmallows y leímos echados en las tumbonas, una maravilla. Este lugar apartado de todo y en mitad de la naturaleza, es fantástico, aunque por lo que nos contaron, en invierno es prácticamente inhabitable por el frío extremo y las cantidades de nieve; ellos apenas pasan medio año en este lugar de ensueño, donde el mayor ruido son los pájaros y los estallidos del fuego calentándote.
Fecha: 10 al 25 de Agosto de 2019
Ruta: Chicago – Middlebury – Shipshewana – Detroit – Niagara-on-the-lake – Niagara Falls – Toronto – Fergus – Elora Gorge Conservation Area – St. Jacobs – Bruce Peninsula (Fathom Five – Tobermory – Mermaid Cove – Singing Sands – Log Dump – Miller Lake) – Manitoulin Island (South Baymouth – M’Chigeeng – Bridal Veil Falls – Gore Bay – Silver Water – Misery Bay – Cup & Saucer Trail) – Sault Ste. Marie – Upper Peninsula (Tahquamenon Falls – Grand Marais – Chapel Falls – Munising – Miners Castle – Mosquito Falls) – Lake of the Clouds – Summit Peak – White Pine – Bergland – Madison – New Glarus – Monticello – Monroe – Chicago