Acantilados y pantanos

Después de dos fantásticos días a orillas del Silver Lake, emprendimos viaje hacia Estados Unidos de nuevo, teníamos por delante prácticamente todo un día de conducción, pero nos habíamos dejado en el camino (a causa de la lluvia de hacía dos días), el sendero de Cup & Saucer, que llega hasta el punto más alto de la isla. Salimos temprano en la mañana y los pequeños venados nos observaban fijamente para después salir espantados con prodigiosas carreras saltarinas.

Un poco confundidos y de manera improvisada llegamos hasta la Reserva Provincial de Misery Bay, donde no había ni un alma y el centro de interpretación estaba cerrado. Nos pusimos a caminar por un sendero circular que discurría por un bosque algo diferente a los que veníamos visitando a lo largo del camino; muchas plantas rastreras y diferentes vegetaciones se iban alternando en el camino, hasta que llegamos a un pequeño mirador a orillas del lago. El camino seguía cruzando la bahía por un pantano, pero en esta época del año pasa inundado y los carteles del camino apenas sobresalían sobre el agua.

Al regreso, estaban abriendo el centro de interpretación, donde un par de ancianos adorables, parte del grupo de voluntarios “Friends of Misery Bay” se sorprendieron y alegraron muchísimo al vernos. En ese instante comenzaron a hablarnos del fantástico y único lugar en el que estábamos, donde se encuentra uno de los ecosistemas más vulnerables del mundo, las praderas alvar de los grandes lagos. Este tipo de ecosistema se caracteriza por un suelo muy fino sobre rocas glaciares donde crecen muchas especies características que en primavera florecen de todos los colores. En la propia puerta del centro hay una roca gigante que el hielo partió hace muchísimos años, y un cartel explicativo te enseña el proceso geográfico de una manera muy didáctica, una preciosidad. Un lugar único para nosotros solos.

Proseguimos el camino hasta llegar finalmente al Cup & Saucer trail, dejamos el coche en el parking y nos dispusimos a caminar sin prisas. Aunque no lo sabíamos en aquel momento, este lugar es parte de una Reserva de la Biosfera llamada “Niagara Escarpment” y discurre (el sendero principal, con una dificultad moderada, pues hay varios) entre bosques sombríos y frondosos, por pistas de tierra y muchas rocas. Por todo el camino se puede disfrutar del silencio y los diferentes tonos verdes de los arces, robles, abedules, cedros y pinos, un precioso y sorprendente bosque mixto que nos dejó con una sonrisa para el resto del día.

Al llegar al punto más alto, una serie de acantilados de roca, te muestran el infinito bosque que tiene esta isla, los complejos de ríos y lagos internos y unas vistas de los escarpados perfiles de este lugar tan mágico.

Ahora sí, con bastante cansancio en el cuerpo, hubo que conducir unos cuantos kilómetros rodeando el lago Huron hasta cruzar de nuevo la frontera entre Estados Unidos y Canadá y llegar a Upper Peninsula, un pedazo (bastante grande) de tierra que pertenece a Michigan, aunque esté separado del resto del estado por una gran masa de agua. Allí nos instalamos en unas cabañas que teníamos reservadas en la Reserva Forestal Estatal de Newberry.


Fecha: 10 al 25 de Agosto de 2019

Ruta: Chicago – Middlebury – Shipshewana – Detroit – Niagara-on-the-lake – Niagara Falls – Toronto – Fergus – Elora Gorge Conservation Area – St. Jacobs – Bruce Peninsula (Fathom Five – Tobermory – Mermaid Cove – Singing Sands – Log Dump – Miller Lake) – Manitoulin Island (South Baymouth – M’Chigeeng – Bridal Veil Falls – Gore Bay – Silver Water – Misery Bay – Cup & Saucer Trail) – Sault Ste. Marie – Upper Peninsula (Tahquamenon Falls – Grand Marais – Chapel Falls – Munising – Miners Castle – Mosquito Falls) – Lake of the Clouds – Summit Peak – White Pine – Bergland – Madison – New Glarus – Monticello – Monroe – Chicago

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