Madison, Wisconsin

El viaje estaba llegando a su fin, los inmensos bosques y las caminatas por senderos y cascadas quedaban atrás. Nos quedaban apenas un par de destinos antes de llegar a Chicago de nuevo y regresar a la cotidianidad de nuestras vidas. Sin embargo, la experiencia de haber rodeado los grandes lagos y conocido estos lugares tan únicos, se quedaría en nuestros recuerdos para siempre.

Esa mañana fue una de las más largas y aburridas desde que inició el viaje, pues recorrimos aproximadamente 500 Km por unas carreteras, que en muchas ocasiones eran una línea recta infinita sin ningún vehículo en los alrededores. Si a esto le sumas que no hay que cambiar de marchas por tratarse de un vehículo automático y que puedes fijar una velocidad de manera automática, se convierte en una de las tareas más aburridas del mundo. Tuve que recurrir al estimulante Monster, a la música a todo volumen y a las bajadas repentinas de ventanilla para que entrase aire fresco en masa, pero finalmente llegamos a Madison.

Lo primero que fuimos a conocer, fueron las vistas desde el barrio universitario, donde hay un pequeño parque sobre un saliente de tierra que se adentra en el lago Mendota, formando la “University Bay”. Al final del parque, se encuentra el “Picnic Point”, desde donde se puede disfrutar de un skyline de la ciudad con su capitolio característico en el medio. Tras este paseito agradable, donde encontramos carteles indicando que toda esa península era un antiguo cementerio indio, y por tanto, debía ser respetado, nos dirigimos hasta el centro de la ciudad, aparcando el coche en un parking cercano al famoso capitolio.

Este capitolio de Wisconsin, concluido en 1917, es una maravilla, hecho con mármoles y granitos de diferentes lugares del mundo, es el edificio más alto de Madison. Una norma prohíbe la construcción de nada más alto en sus alrededores, por lo que lo seguirá siendo por el momento. En su interior, la decoración es formidable, en maderas bien cuidadas y con motivos decorativos en sus cúpulas. Muy luminoso en su interior, pues el sol se refleja en las paredes bien pulidas, dando un aspecto pulcro y reluciente. Primero subimos hasta la cúpula, que es la más grande hecha en granito del mundo. Desde su terraza exterior se puede disfrutar de las vistas de la ciudad y del lago. Hizo un día soleado precioso.

Por dentro, fuimos recorriendo las diferentes salas visitables. Pareciera que aquello es un museo, pues las salas estaban impolutas y vacías. Llaman la atención los murales en algunas de las salas y la estatua de un tejón de bronce en la entrada al despacho del gobernador. Por lo que he podido averiguar, el símbolo del tejón en este estado, representa a los primeros pobladores, mineros que llegaron a esta región para explotar los recursos naturales. El equipo local universitario se llama “Los Tejones de Wisconsin”. En cuanto a la estatua de la puerta del gobernador, está moldeada con bronce fundido en 1899 proveniente de un barco español derrotado en la guerra de Cuba y que fue colocado en la proa del navío USS Wisconsin, hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. A día de hoy, reposa dentro de este capitolio y se encuentra desgastado, pues dicen que acariciarlo, trae suerte a quien lo hace.

Después de pasear un poco por las calles del centro y comernos los famosos dedos de queso rebozados en uno de los famosos restaurantes universitarios de la plaza principal, nos tomamos un café en un barrio moderno (en actitud) a orillas del canal que une el lago Mendota con el lago Monona. Digo moderno, porque el pintoresco barrio de Willy Street alberga muchas casas bajas que podrían considerarse históricas. Muchos comercios y bares alternativos han ido ocupando estas casas y sus patios ofreciendo una diversa cantidad de iniciativas locales.

Esa noche no la pasaríamos en la ciudad, sino que nos hospedaríamos en un pueblo algo más apartado, en la zona rural de Wisconsin. Más concretamente, en el pequeño pueblo de New Glarus, que fue fundado en 1845 por una serie de colonos suizos provenientes del cantón de Glarus y que huyeron de alguna de las crisis que perjudicó sus tierras. Desde entonces, otros muchos suizos han peregrinado hasta aquí para disfrutar en Estados Unidos de un oasis suizo, donde las construcciones, música y costumbres, siguen la lógica del país europeo. Se supone que Wisconsin es conocido por la producción de queso y leche, aunque no tuvimos oportunidad de probar nada de esto en nuestro viaje. Las miles de vacas en todas partes, imagino que hacen referencia a estas características lecheras del estado.

Aunque habíamos pasado el final de la tarde en el pueblo y recorrido sus cuatro calles, lo hicimos de nuevo por la mañana, y nos desplazamos a uno de los lugares más famosos de esta zona, la New Glarus Brewing Company, una cervecería que produce en grandes cantidades una “cerveza artesanal” que habíamos podido probar la noche anterior. El hecho de visitar la fábrica en la mañana y no por la tarde, está relacionado con el cierre de esta a horas tempranas de la tarde, por lo que simplemente visitamos las galerías y las maquinarias de producción.

Por el camino de regreso, antes de cruzar la frontera hacia Illinois, aún paramos por dos pequeños pueblos en Wisconsin; Monticello y Monroe. Ambos pueblos se caracterizan por su tranquilidad y sus casas bajas de ladrillo. Aunque Monticello parece más un pequeño Far West abandonado, Monroe (con más movimiento de personas) se destaca por el Palacio de Justicia del Condado de Green, construido en 1891 y erguido en plena plaza central.

Al final de la tarde, llegamos hasta Chicago, donde separamos de nuevo nuestros caminos, quedándose Javi y Vega un par de días más en el centro de Chicago y Vero y yo en el barrio donde vive su hermana, disfrutando de los dos últimos días de familiares despedidas. Fue un viaje muy completo, con más de 3.000 km recorridos, muchos lugares visitados, y una cantidad de experiencias y fotografías que estarán con nosotros para siempre.


Fecha: 10 al 25 de Agosto de 2019

Ruta: Chicago – Middlebury – Shipshewana – Detroit – Niagara-on-the-lake – Niagara Falls – Toronto – Fergus – Elora Gorge Conservation Area – St. Jacobs – Bruce Peninsula (Fathom Five – Tobermory – Mermaid Cove – Singing Sands – Log Dump – Miller Lake) – Manitoulin Island (South Baymouth – M’Chigeeng – Bridal Veil Falls – Gore Bay – Silver Water – Misery Bay – Cup & Saucer Trail) – Sault Ste. Marie – Upper Peninsula (Tahquamenon Falls – Grand Marais – Chapel Falls – Munising – Miners Castle – Mosquito Falls) – Lake of the Clouds – Summit Peak – White Pine – Bergland – Madison – New Glarus – Monticello – Monroe – Chicago

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