De Mindelo a Santo Antão

Aterrizamos en Mindelo, Isla de São Vicente, sin mayor inconveniente, nos dirigimos al hotel, circulando por la avenida que transcurre a lo largo de la Bahía do Porto Grande, disfrutando de las preciosas vistas hacia la inmensa isla de Santo Antão, situada justo en frente. Desde la ventana de nuestro hotel, el mural de Cesária Évora tallado por Vhils nos contemplaba e hipnotizaba de manera deslumbrante.

Nos sorprendió la ciudad de Mindelo, por los coloridos de sus casas coloniales y la buena conservación en general que tiene el centro histórico. Aunque es pequeño, las callejuelas son muy agradables, y los barcos anclados en el puerto, con las montañas de Santo Antão de fondo, le dan un toque idílico a la bahía, donde se extrañan más lugares para tomar una cerveza contemplando el paisaje. Una de las cosas más curiosas de la ciudad es la pequeña réplica de la Torre de Belem de Lisboa que tiene en su paseo marítimo.

Se nos acabó rápido el paseo, pues todos los comercios turísticos como museos o galerías de artesanía se encontraban cerrados, por lo que el disfrute de la ciudad no pudo ser total. Tampoco se encontraban abiertos muchos restaurantes ni cafeterías, pero el tiempo fue excelente y el paseo, precioso.

Diogo Afonso, descubridor de las islas de Barlovento en 1462.

Paseamos un rato por sus calles y fuimos perseguidos en varias ocasiones por diferentes personas pidiendo limosna de manera desesperada. No logramos comprender si es lo habitual o la crisis del coronavirus está causando estragos en esta población acostumbrada a un número de turistas muy alto durante todo el año, pero la situación es mucho más chocante que en cualquiera de los otros lugares que hayamos visitado en Cabo Verde.

Después de cenar, nos acostamos pronto, pues el barco zarpaba temprano al día siguiente en dirección Porto Novo, capital de la Isla de Santo Antão.

A la mañana siguiente, y ya subidos en el barco Chiquinho, contemplamos cómo se aproximaban las exhuberantes montañas de esta isla, las cuales, tras las lluvias, radiaban en un millón de tonalidades verdes. Allí nos esperaban nuestros inseparables vecinos chilenos, Andrés y Jéssica, quienes habían aprovechado unos días para irse de vacaciones a la isla, habiendo llegado un par de días antes que nosotros. Nos recibieron en el puerto con un aluguer contratado y nos subimos todos para recorrer la carretera de Corda hasta Ribeira Grande, donde se encontraba nuestro hotel.

Ilheu dos passaros, con un faro en lo alto.

Esta ruta es la vía directa que une las ciudades de Ribeira Grande y Porto Novo atravesando todo el conjunto de montañas que separan la isla en vertientes norte/sur (verde/seca durante todo el año excepto cuando llueve, que las dos son verdes, como fue en nuestro caso). La carretera serpentea entre precipicios, pasando por pequeñas poblaciones de gente sonriente que nos saludaba al paso, entre felices y extrañados. Muchos meses sin ver turistas por la zona, imagino.

El primer destino fue la villa de Pico da Cruz, previa parada en un impresionante mirador que te muestra el valle de Paul, en el lado Nor-Este de la isla. Sin embargo, las nubes bajas no nos permitieron disfrutar mucho tiempo de la vista, pues nos taparon todo rápidamente. En Pico da Cruz, unos cuantos habitantes se habían organizado para pelar sus vainas cosechadas, las cuales iban guardando mezcladas en diferentes recipientes. Todo esto en la puerta de una Mercearia (tienda de comestibles, ultramarinos, pulpería…) que nos sirvió unas cervezas frías y unos grogues típicos de la zona, que Jéssica compartió con los oriundos.

Después fuimos haciendo múltiples paradas en los lugares más pintorescos de la carretera, pasando por las poblaciones del camino hasta llegar a Ribeira Grande, donde serpenteamos por los acantilados costeros en dirección Ponta de Sol, uno de los puntos más turísticos de la isla. No obstante, y precisamente, quizás, por lo turístico del lugar, todo se encontraba cerrado a cal y canto, y no pudimos ni comer ni tomarnos algo refrescante en este lugar. Finalmente, recogimos nuestros pasos hasta Ribeira Grande para comer/cenar y despedirnos de nuestros amigos, que regresaban a Praia al día siguiente. Compartiré fotos de Ribeira Grande en próximas entradas.


Fecha: del 4 al 25 de septiembre de 2020

Ruta: Isla de Santiago – Isla de Fogo – Isla de São Vicente – Isla de Santo Antão – Isla de São Vicente – Isla de Santiago



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