En pequeñito: Porto Rincão

Esta es la penúltima entrada que escribo sobre Cabo Verde (quién sabe si volveremos en el futuro), y no quería cerrar este capítulo de mi vida sin pasar por este pequeño pueblo escondido. Se trata de una recóndita comunidad de pescadores situada al final de una carretera que desciende serpenteando desde las montañas hasta una pequeña playa de piedras.

Es un lugar cercano para quien se desplaza en vehículo propio, pero completamente remota y apartada para sus pobladores. Lejos de toda ruta de autobús, la mayoría de sus habitantes utiliza sus barcos para moverse hacia otras localidades.

Nuestra amiga Roberta tiene una relación cercana con esta aldea, pues a través de un proyecto llevado a cabo por la Asociación Caboverdiana de Ecoturismo, han trabajado en el desarrollo de alternativas económicas de esta pequeña población. Entre las actividades destacadas se encuentran la identificación de algunas rutas para alcanzar puntos de observación costeros muy bonitos. Con el proyecto se colocaron indicadores y señaléticas para que los turistas que allí se acerquen puedan hacer las rutas autoguiadas y almorzar a su regreso en el centro comunitario colocado al inicio del camino.

Adicionalmente, se han instalado unas máquinas que pueden moler vidrio de botellas viejas, y con este se están desarrollando bloques para hacer viviendas o baldosas para construir caminos o forrar paredes. No obstante, esto son medidas pequeñas, que deben ser acompañadas de los gobiernos locales y nacionales, que proporcionen educación, salud, transporte y oportunidades de desarrollo para esta comunidad que a día de hoy se sostiene en su mayor parte de pesca de subsistencia y la fabricación de embarcaciones.

En nuestro paseo, al que no pudo acompañarnos Roberta, hicimos el primer tramo de uno de los caminos por los acantilados y visitamos el centro donde se muele vidrio y se fabrica el “cemento” de cristal. A la llegada a la ciudad de Assomada, antes de descender por el camino que mencionaba al principio que discurre hasta Rincão, paramos un rato en el mirador de la ciudad, un punto obligado para cualquier visitante de la Isla de Santiago.

El mirador de Assomada, asomado a unas preciosas vistas

Y llegamos a Porto Rincão…

¿Quién dijo que sería fácil?
Cientos de botellas esperando ser trituradas…
…para transformarse en cemento


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