A Buenos Aires siempre se vuelve. Esta ciudad me encanta, fue donde puse el pie por primera vez en Latinoamérica y la llevo en el corazón para siempre. Una ciudad inmensa que me recuerda a un Madrid extendido y que siempre me pide volver. Podría pasar días, meses y años paseando por sus miles de calles, disfrutando en sus cafeterías y contemplando cada detalle en sus fachadas.
Llegué en el buquebus desde Colonia, y Andrea, muy amablemente, me hospedó en su casa. Por la mañana (solo tuve un día para pasear) me dirigí al centro y paseé por la avenida Corrientes, la 9 de Julio y Santa Fé. Estuve paseando también por las calles aledañas al teatro Colón hasta que comenzó diluviar, por lo que el paseíto no fue tan agradable. Sin embargo pude volver a recorrer lugares tan míticos como la plaza San Martín, el Monumento a los Caídos de las Malvinas o la torre monumental.
Caminé también entre los palacios del barrio de la recoleta, hasta llegar al cementerio homónimo, donde caminé un rato entre los mausoleos. Este cementerio está mucho más cuidado que La Recoleta de Asunción, aunque también tiene sus mausoleos abiertos y deteriorados. La tumba de Eva Perón está aquí, y parece que bien protegida, pues su cadáver ha sido uno de los más viajados del mundo.
Después de comer, me dirigí en bus hasta el barrio de La Boca, a la calle Caminito y aledañas, donde me relajé un poco paseando y reencontrándome con los colores vivos de este lugar siempre repleto de gente. Todo seguía igual a la última vez que estuve en el año 2009, pareciera que no pasan los años por este lugar…
Para acabar la tarde, recorrí el barrio de San Telmo hasta llegar a la Plaza de Mayo, donde se encuentra el Palacio Rosado (al que le han mejorado el sistema de vallas protectoras). Se estaba celebrando el día del orgullo gay, y caravanas con gente bailando encima y música a todo volumen pasaban por un costado de la plaza. Allí me quedé un rato observando el ambiente y regresé hasta la Plaza Dorrego, donde se encuentra uno de mis rincones favoritos de la ciudad, el Bar Dorrego, que sirve cerveza de presión (chop) y te pone cacahuetes para picar. Un lugar mítico y tranquilo, donde desde sus ventanas puedes disfrutar viendo a la gente pasar sin que nada te perturbe.
Allí me encontré con Andrea y nos fuimos a cenar y después al festival de jazz de Buenos Aires, donde vimos el concierto de una artista llamada Ligia Piro, que dio un espectáculo impresionante junto a la Usina del Arte. Un cierre de viaje inigualable!
Por la mañana temprano, vi el amanecer desde los ventanales del aeropuerto de Ezeiza, donde se terminaba este fabuloso viaje de 5000 km por tierra atravesando 5 países.
Fecha: 1-18 de Noviembre de 2018
Ruta: Santa Cruz de la Sierra (BO) – San Javier (BO) – Concepción (BO) – San José de Chiquitos (BO) – Chochis (BO) – Santiago de Chiquitos/Valle de Tucabaca (BO) – Corumbá (BR) – Passo do Lontra/Pantanal Sul (BR) – Bonito (BR) – Recanto Ecológico Rio da Prata (BR) – Pedro Juan Caballero (PY) – Asunción (PY) – Yaguarón (PY) – Encarnación (PY) – Trinidad (PY) – Jesús de Tavarangüe (PY) – Foz do Iguaçú (BR) – Porto Alegre (BR) – Rio Branco (UY) – Montevideo (UY) – Colonia del Sacramento (UY) – Buenos Aires (AR)