Reserva Nacional de Avaroa y Salar de Uyuni

Bueno, han sido cuatro días de no parar, de mucho madrugar y de ver millones de cosas. Hemos visto muchas lagunas de colores, infinidad de volcanes, flamencos, aguas termales, rocas volcánicas, formaciones erosionadas por el viento, pequeños pueblos perdidos en la nada, y lo más impresionante de todo, el salar de Uyuni. No tuvimos mucha suerte el día del salar, porque estaba nublado y el sol no reflejaba el blanco lo suficiente como para poder hacer unas fotos decentes, pero la inmensidad blanca de la sal se quedará en nuestras mentes para siempre. También hemos dormido en un hotel construido totalmente con sal, hemos visto vicuñas y hasta un cementerio de trenes. Nuestro guía se llamaba Pedro, conducía un jeep,