Tena infinita

Aunque ya hice una entrada hablando de Tena, en la que fui a visitar a mi profesor de universidad, esta pequeña ciudad amazónica tiene mucho que ofrecer. En esta ocasión alquilamos una casita a media hora de la ciudad, en mitad de la selva y al pie del río Jatunyacu. La tranquilidad fue absoluta, y aunque no paró de llover, pudimos hacer un par de actividades entretenidas.   El primer día fuimos hasta la laguna azul, lugar precioso y habilitado con caminos y redes para no caer por las cascadas. El turismo local es amplio y todo tipo de comidas típicas son servidas allí mismo, por lo que puedes darte un chapuzón en las diversas lagunas y además relajarte después