IBO (Ilha Bem Organizada)

De nuevo en Pemba, y de nuevo chapa.  

Salimos hacia el ya famoso en este blog, Parque Nacional das Quirimbas. Este archipiélago es grande y las actividades por hacer son muchas. Aunque ya había pasado por allí una semana, aún me quedaban unas cuantas cosas más por hacer en la zona (aparte de relajarse y disfrutar escuchando el mar mientras sube y baja).

Desde nuestro campamento central en la Isla de IBO, hicimos un par de visitas interesantes. Fuimos a la nada, literalmente. Cuando baja la marea, se descubre un banco de arena, un islote precioso, en mitad del océano azul. Una maravilla para la vista y para el cuerpo. Rodeado de corales (aunque ciertamente algo profundos, y de los cuales solo pudimos ver unos pequeños vestigios cercanos al banco) pueden pasar las horas sin pensar nadando y buceando en aguas cristalinas, viendo estrellas de mar enormes y de todos los colores, erizos gigantes y una cantidad de peces bastante considerable. El viaje en barco de vela siempre es movido, y por unas o por otras acabas calado, si no es a la ida es a la vuelta. Menos mal que en el hotel nos esperaba una duchita y más relax piscinero.

Si las cabras pueden… nosotros también!
El famoso lodge de las puestas de sol
Sergio, Sergio! Mira qué raíces!! Hazme una foto!!
Empujando el barco encallado…

Al día siguiente, con un grupo de suizos que conocimos, aprovechando la marea baja de las cinco de la mañana, caminamos hasta la isla más cercana, que se llama Quirimba. Entre manglares y playas eternas, sin principio ni final, cruzando canales hasta más arriba de la cintura, llegamos a la isla, paseamos entre los coqueiros y comimos el típico pescado local.  

A la vuelta, Juan me enseñó su pie… Una pequeña herida con forma redonda y un punto negro en el medio le estaba empezando a doler. Mala señal, quizás un parásito? Llamamos a varias personas locales y su diagnóstico fue “É ” (o lo que es lo mismo, “es” -un parásito-). Y como aquí hay remedio para todo, con un poco de anestésico en spray que nos cedieron en el hotel y una aguja esterilizada que nos cedió una de las suizas, una experta en extracción de mataquenhas se dispuso a extraerla. Tras un rato hurgando y unas cuantas caras de terror de Juan, finalmente, el diagnóstico cambió a “Não é“, lo cual mejoró la situación, y seguimos felices con nuestras cervezas de la tarde.

“Não é”

Fueron unos días muy buenos, disfrutamos mucho con mi amigo Juan, y espero, pronto, tener nuevas visitas a las que enseñarle estos bonitos paisajes.

Ufa…

0 Comentarios Agrega el tuyo

  1. alfonso dice:

    Me han encantado las imágenes de … ¿el paraíso? … tienes muy buenas fotografías … aunque también te acompañaban esas aguas cristalinas!! …
    Gracias por compartir, te invito a mi web de viajes http://www.thewotme.com

    Hasta pronto!!!

  2. trayon dice:

    la foto de los cocos es brutal…y juan parece un autentico aventurero…

    brutal!

    mi madre me dice que 20 dias es lo maximo q me deja ir y mi hermano dice q me gastare 5000 euros..estamos locos?

    un besooo

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