Entrando en Uruguay un poco aturdido

Se me fue de las manos. Las distancias parecen más cortas en los mapas, y en Sudamérica, son aún más grandes de lo que parecen. Recorrí en autobús unos 1300 km desde Foz de Iguaçu hasta Rio Branco (UR), pasando por Porto Alegre. Llegué al pueblo de Jaguarão, donde pude cruzar la frontera hasta Uruguay sin mucho problema; (ambas migraciones estaban abiertas) y me sellaron el pasaporte muy rápidamente.

Tras averiguar un rato en Rio Branco, me indicaron que había un autobús que salía sobre las 23:00 en dirección Montevideo. Así que compré un pasaje, les pedí que me guardasen la mochila y paseé un poco por esta tranquila ciudad fronteriza. Aproveché para cenar y descubrir los precios elevados que tiene este país. Posteriormente me subí al autobús y proseguí viaje hasta Montevideo, donde llegué sobre las 5 de la mañana.

A esas horas, ponerse a encontrar un hostal en el casco antiguo de la ciudad no fue tarea fácil. Visite unos 3 hostales completos hasta dar con el que finalmente me hospedó, una casa colonial gigante en una de las calles peatonales del centro.

Dormí una horita, me duché y salí a recorrer las calles históricas de la ciudad. Amanecía, y casi no había peatones; las panaderías y carnicerías estaban recibiendo sus productos, y algunos vehículos despistados empezaban a transitar. Pude visitar la Plaza Zabala, la Plaza de la Constitución y finalmente la Plaza Independencia atravesando la famosa puerta de la Ciudadela. Esta última plaza, es preciosa, rodeada de palmeras y edificios históricos, tiene en su centro una imponente estatua de Artigas montado a caballo encabritado.

Hacía frío en la mañana, pero poco a poco fue saliendo el sol y me uní a un free tour que nos enseñó los atractivos principales de la ciudad, incluido el Teatro Solís, el mausoleo a Artigas, los varios palacios que rodean la plaza, y como no, la ciudadela y su famoso mercado del puerto, donde se venden la grappamiel (grappa con miel de abeja) y el “medio y medio” (mezcla de vino espumoso dulce y vino blanco seco), junto con un sinfín de carnes uruguayas.

El emblemático Palacio Salvo
El café donde Galeano pasaba las horas escribiendo sus libros
También tiene su propio paseo de la fama. Aquí con la estrella de Benedetti

En la tarde, fui a visitar el Parque Rodó, un parque muy agradable con estanques, puentes y estatuas al pie del río de la Plata, por cuyo malecón me volví caminando tranquilamente hasta llegar al puerto. Allí caminé por la escollera Sarandí, un dique de piedras gigantas que se adentra bastante en el mar, y en cuyo final hay un faro. Me subí a la base del faro y estuve un buen rato contemplando el atardecer y las muchas tonalidades de rojo que adquirían las casas de la ciudad mientras el sol se escondía.

A la mañana siguiente subí a visitar el palacio Salvo, inaugurado en 1928 y que fue el edificio más alto de Latinoamérica en su momento, con 100 plantas que funcionaron como oficinas y como hotel. Es un símbolo de la ciudad y tiene un hermano gemelo en Buenos Aires, el palacio Barolo. Por dentro tiene los mármoles más finos y escaleras muy elegantes.

Después fui a visitar el museo de “Milagro en los Andes”, una exposición permanente sobre la historia del equipo de rugby que se estrelló en la cordillera entre Argentina y Chile, con 45 personas a bordo, de las cuales sobrevivieron 16 durante 72 interminables días. La película “Viven” popularizó mundialmente su historia.

Por la tarde, tomé la avenida 18 de Julio hasta el obelisco a los constituyentes de 1830, hecho en granito uruguayo y bronce. Una maravilla que se ve desde toda la avenida y que da paso a un parque precioso donde se encuentra el Monumento a la Carreta, que recuerda el antiguo método de transporte tradicional del país antes de la llegada de la locomotora.

Al regreso paré cinco minutos para fotografiar la fuente de los candados. Es la típica historia de los candados y el amor eterno, un poco exagerada y completamente repleta de estos.

Reventado de tanto caminar, tomé un bus hasta Colonia del Sacramento, donde busqué algo de cenar y me fui a dormir al hostal que había reservado para iniciar un nuevo día.


Fecha: 1-18 de Noviembre de 2018

Ruta: Santa Cruz de la Sierra (BO) – San Javier (BO) – Concepción (BO) – San José de Chiquitos (BO) – Chochis (BO) – Santiago de Chiquitos/Valle de Tucabaca (BO) – Corumbá (BR) – Passo do Lontra/Pantanal Sul (BR) – Bonito (BR) – Recanto Ecológico Rio da Prata (BR)- Pedro Juan Caballero (PY) – Asunción (PY) – Yaguarón (PY) – Encarnación (PY) – Trinidad (PY) – Jesús de Tavarangüe (PY) – Foz do Iguaçú (BR) – Porto Alegre (BR) – Rio Branco (UY) – Montevideo (UY) – Colonia del Sacramento (UY) – Buenos Aires (AR)

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