Fecha: del 31 de julio al 22 de agosto de 2021
Me encantó descubrir esta ciudad a la que no había vuelto a ir desde que era pequeño, acompañado por mis padres o por mis abuelos. Tenía muchas ganas de contemplar desde cerca la famosa Torre de Hércules, el faro más antiguo de España, el único de los faros romanos que sigue en pie y el más antiguo en funcionamiento del mundo. Una joya que por algo fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2009.
Antiguamente conocido como Farum Brigantium, arrastra diversas leyendas. La más difundida y que figura en wikipedia, dice que hubo un gigante llamado Gerión, rey de Brigantium, que obligaba a sus súbditos a entregarle la mitad de sus bienes, incluyendo sus hijos. Un día los súbditos decidieron pedir ayuda a Hércules, que retó a Gerión en una gran pelea. Hércules derrotó a Gerión, lo enterró y levantó un túmulo que coronó con una gran antorcha. Cerca de este túmulo fundó una ciudad, trayendo gente de Galatia, en Anatolia, y que por eso fue llamada aquella tierra, Galizia.
Después de desayunar nos dirigimos hasta el faro, que desde tempranas horas de la mañana ya tenía los aparcamientos saturados de coches. Con bastante suerte, encontramos espacio nada más llegar. El día estaba soleado y bonito, por lo que comenzamos a subir la cuesta que da acceso al pie del faro con bastante tranquilidad. De repente, no sabemos muy bien de dónde, apareció una nube negra pasajera que nos empezó a soltar agua a raudales, por lo que tuvimos que correr al punto más cercano, la propia torre, donde apelmazados con un gran número de personas, conseguimos, más o menos, refugiarnos bajo la entrada que da acceso al faro. Allí aprovechamos, ingenuos nosotros, para tratar de comprar las entradas para visitarlo por dentro, pero, como era de esperar, las entradas se compran online y ya no había espacios para ese día, por lo que nos mojamos y no pudimos acceder a él.
El sol se asomó de nuevo, permitiéndonos regresar tranquilamente por el paseo que recién habíamos subido, donde un gaitero ambientaba el lugar con melodías tradicionales. El paseo se animaba también con algunos artistas que aprovechaban el buen flujo de turistas para exponer sus cuadros o artesanías.
Toda la zona está repleta de diferentes esculturas, por lo que aprovechamos para dar un paseo por la zona, llegando hasta la Playa de Lapas y concluimos haciéndonos unas fotos con la estatua de Breogán y la Torre de Hércules de fondo, una imagen de postal preciosa.
Después nos perdimos un rato paseando entre las calles del centro de la ciudad; visitamos el famoso obelisco, que data de 1985 y que en su momento mostraba en un lado la hora de Madrid y en otro la de La Coruña, con 20 minutos de diferencia. A día de hoy, y después de la estandarización de los horarios, esa diferencia ya no existe. Disfrutamos de los bonitos edificios de esa plaza y paseamos hasta la Avenida de la Marina, con sus características “galerías” del siglo XIX, que son unos preciosos balcones blancos acristalados frente al mar. Estos balcones, de madera, generalmente, están en la parte posterior de las viviendas, y permiten que entre el sol sin que se cuele el frío del viento húmedo del mar.
Pasamos también por la Plaza de María Pita, pero no pudimos acceder muy bien porque se encontraba vallada debido a un festival que se estaba realizando en la ciudad. Aunque nos pudimos hacer una idea, fue una pena no poder pasear por su interior. En el centro de la plaza se encuentra, por supuesto, la estatua de María Pita alzando una lanza, quien defendió la ciudad del ataque del corsario Drake el 3 de mayo de 1589. De este pirata convertido en Sir, ya he hablado en otras ocasiones, pues causó destrozos en Santiago de Cabo Verde (Cidade Velha) y en Cartagena de Indias (Colombia), por nombrar un par de episodios mencionados en el blog. María Pita, después de ver morir a su marido, extrae la lanza de una bandera inglesa y se lanza enfurecida contra el alférez que dirigía el asalto, el hermano de Francis Drake, ensartándolo y acabando con su vida al grito de “Quen teña honra, que me siga“. Esto desmoralizó a las tropas inglesas, que se dieron en retirada momentos después.
Concluimos nuestro paseo perdiéndonos de nuevo en la Ciudad Vieja, donde almorzamos y desde donde nos echamos de nuevo a la carretera para llegar a ver el Cabo Finisterre, el que los romanos creyeron el fin del mundo durante mucho tiempo, y el que es el punto más occidental de España. Muchos de los peregrinos que recorren cada año el Camino de Santiago concluyen aquí, por lo que es considerado popularmente como el kilómetro 0 del camino. Llegamos hasta allí y nos relajamos un poco al pie del faro, en las rocas que hay posteriores a este; aunque el lugar estaba lleno de gente, como todos los lugares que recorrimos estas vacaciones, se respiraba calma y tranquilidad. Rodeados por mar, miramos el horizonte durante un buen rato, contemplamos las esculturas que hay allí y vimos cómo algunos peregrinos llegaban hasta el lugar y depositaban algunos de sus trofeos en una de las esculturas. Por lo que he podido averiguar, es tradición quemar las ropas y dejar allí las botas, por eso una de las esculturas representa una bota del peregrino (originalmente eran dos, pero una fue robada hace muchos años). No obstante, y aunque hay bastantes “trofeos” abandonados en una de las esculturas con forma de cruz, se recomienda no hacerlo.
Después de un buen rato en Fisterra nos desplazamos hasta Santiago de Compostela, donde pasaríamos un par de noches. Esta primera noche fuimos a pasear un poco por las callejuelas y, atravesando la Porta do Camiño (antigua puerta de acceso a Santiago para quien llegaba por el camino francés), acabamos cenando por la Rua San Pedro, una zona muy animada y concurrida. Mucho caminar nos esperaba al día siguiente.
Ruta: Madrid – Langreo – MUMI – Cangas de Onís – Ribadesella – La Cuevona – Playa la Vega – Gijón – Avilés – Oviedo – Colunga – Lastres – Museo Minero Valle de Samuño – Desembocadura del Nalón – Cudillero – Cabo Vidio – Tapia de Casariego – Foz – Playa de las Catedrales – Ribadeo – Rinlo – La Coruña – Finisterre – Santiago de Compostela – Cambados – Combarro – Pontevedra – Castillo de Sobroso – Ribadavia – Carballino – Orense – San Pedro de Rocas – Nogueira de Ramuin – Mirador de Cabezoás – Parada de Sil – Balcón de Madrid – Castaño Milenario de Entrambosrios – Pasarela del Río Mao – Caldelas – León – Burgos – Echalar – Lesaca – Bera – Elizondo – Ainhoa – Zugarramurdi – San Juan de Luz – San Juan de Pie de Puerto – Roncesvalles – Pamplona – Pasajes – San Sebastián – Guetaria – Bilbao – Castro Urdiales – Santander – Potes – Espinama – Fuente Dé – Las Ilces – Mogrovejo – Santo Toribio – Aranda del Duero – Madrid