El valle sagrado inca

Hoy hemos pasado el día viendo diferentes ruinas que hay en los alrededores de cuzco, sus nombres los pondré, pero os sonarán a chino (o a inca) igual que me sonaban a mí antes de pisar estas tierras…. Hemos ido a las ruinas de Pisaq, de Ollantaytambo y de Chinchero. Veis? nombres extraños, pero cosas maravillosas en cada uno de esos lugares. Contratamos una visita guiada por 4,5 euros que nos llevaban en bus a los lugares y nos explicaban, lástima el excesivo número de personas que se apuntan a estos circuitos, es casi imposible sacar una foto sin que aparezca un turista en medio, pero he hecho lo que he podido. El guía ondeaba una banderita de franjas de

Machu Picchu, su ruta alternativa y las carreteras por encima de las nubes

Escribo desde Cuzco, tras unos intensos y preciosos días. Existe una ruta alternativa al tren que te lleva desde Cuzco hasta Machu Picchu, que vale unos 60 dólares. Había leído bastante sobre ello en internet. Había que tomar un bus de Cuzco hasta un pueblo llamado Santa María, de ahí otro hasta Santa Teresa, y de ahí uno que salía a las 4 de la mañana hasta la central hidroeléctrica, desde la que se camina hasta Aguas Calientes (Machu Picchu pueblo). Bien, pues resulta que desde hace un año se han organizado unas empresas de furgonetas/taxi que te llevan desde Cuzco hasta la hidroeléctrica sin tener que esperar el bus de las 4 de la mañana, y todo ello por

Puno, lago Titicaca y sus mágicas islas

Llegamos a Puno, sí, y en la estación esperando se encontraban Ana y Alber, genial bienvenida y gran par de días con ellos. Cruzamos a las islas Amantaní, donde dormimos una noche y luego a la isla Taquile. En Amantaní dormimos con una familia encantadora, donde una de las niñas nos acompañó a ver los templos pachamama y pachatata (madre tierra y padre tierra). Luna llena desde lo alto, algo impresionante. A la noche la mujer de la casa nos puso las ropas típicas de la isla y nos lanzó al centro del pueblo donde nos esperaban los músicos locales. La verdad es que ha sido una experiencia inolvidable. A la mañana siguiente el barco nos llevó hasta Taquile, cuyo