Granada, ahí seguías después de tanto tiempo

Después de tanto tiempo sin visitar esta fantástica ciudad, llegamos a Granada. Ahí estaba, tal y como la dejé, demostrando que los años no pasan por ella y que sigue siendo tan fresca como cuando bajaba al menos tres veces al año desde Madrid.   Llegamos por la noche, y como no podía ser de otra manera, salimos a cenar mientras paseábamos de bar en bar tomando cañas por la calle Elvira y alrededores. Ojalá pudiese uno encontrar estas maravillas ibéricas en otras tierras del mundo…   Por la mañana subimos hasta la Alhambra, donde visitamos con una sonrisa en la cara todos los recobecos y miradores que uno puede encontrarse en este palacio que ha sobrevivido tantas épocas. Sin

Casabermeja, Frigiliana y Nerja

Salimos desde Córdoba en dirección a Granada, pero en el camino teníamos muchos lugares que visitar. La primera parada fue en el pequeño pueblo de Casabermeja; un pueblo prácticamente fantasma. Paseamos por sus callejuelas desiertas, rodeamos la iglesia, que estaba cerrada y de repente, cuando ya estábamos a punto de irnos, empezamos a escuchar voces, tumulto, risas… giramos en una esquina y nos encontramos con el centro del jubilado, donde la mayoría de los residentes del pueblo disfrutaban sentados tomando el sol y conversando. Aquí pudimos darnos cuenta en primera persona del famoso envejecimiento de la población rural, donde la mayoría de las personas en edad laboral se han marchado a las grandes ciudades o capitales de provincia. Los viejitos

Siguiendo las rutas del patrimonio de la humanidad

Desde Málaga, previo desayuno exprés con Virginia y Darío, viejos conocidos de El Salvador y que han sido papás, nos dirigimos hacia Antequera, donde se encuentra el paraje natural de El Torcal, unas formaciones calizas moldeadas por agentes meteorológicos que forman un paisaje kárstico surrealista y precioso. El día fue muy soleado, y aunque frío, permitió disfrutar del paisaje en todo su esplendor. Las carreteras secundarias de montaña que llevan hasta este lugar van mostrando paisajes constantes y tientan a pararse a tomar fotos cada 200 metros. Desde allí bajamos para adentrarnos en el pueblo de Antequera propiamente dicho, donde aprovechamos para pasear y tomarnos unas cañas de media mañana acompañadas de un delicioso mollete relleno. En lo alto, como casi siempre,

Sevilla boquiabiertos

Llegamos por la noche hasta Sevilla, donde nos encontramos con Ana, una de las amigas que me acompañó en el viaje allá por 2009 donde conocí Machu Picchu y navegué por primera vez el río Amazonas. Pudimos salir un poco y tomar unas tapas en uno de los bares más clásicos del centro sevillano, El Rinconcillo, fundado en 1670, y donde todavía siguen haciéndote la cuenta en tiza sobre la barra. El ambiente nocturno del centro de la capital andaluza es una de las cosas que hacen que esta ciudad sea tan especial.   A la mañana siguiente, después de hacer visitar por la zona de la Cartuja a mi amigo Jesús, paseamos por la Torre del Oro, la espectacular

Pinos, dunas y cámaras en Doñana

Madrugamos para hacer el tour por el parque. Yo recordaba haber ido con unos 12 años en octavo de EGB y nos subieron a unos pequeños autobuses 4×4 que nos metían por las dunas, una aventura total que esperaba repetir. Sin embargo, cuando me puse a averiguar los tours que había, me encontré con que había cientos de operadoras que se llaman de forma semejante y con información confusa. Finalmente opté por una en la que entendía que veríamos las marismas y también las dunas. Cuando salimos nos explicaron que esa ruta no visitaba las dunas y que se metía solamente por las marismas y los bosques de pino. Adicionalmente, la van no era de las que yo recordaba, era

¿Tierra de conquistadores?

Después de descansar muy bien y disfrutar de un hotel con calefacción en Cáceres, salimos a pasear para ver el casco histórico durante el día. Nos despertamos muy temprano porque esta era la jornada más larga del viaje. Las luces estaban empezando a aparecer a esas horas de la mañana, y ver cómo trepa el sol a lo largo de las fachadas de piedra de este bonito centro histórico es una cosa divina. Desayunamos en la plaza, recorrimos las callejuelas y concluimos nuestra visita en el Museo de Cáceres, donde se encuentra el aljibe andalusí, construido en la época musulmana de la península, allá por los siglos X u XI. Nos dirigimos ahora hacia Guadalupe, pequeño pueblo que fue condecorado

Recorriendo la península por partes: Extremadura

A partir de esta entrada pasaré un tiempo narrando y enseñando los lugares que visitamos Vero y yo en diciembre de 2017. Yo llevaba dos años sin volver a España, y ya tocaba, pero también había que combinar la familia y amigos con recorrer y explorar la patria de uno. En ocasiones parece que se conoce más el extranjero que lo propio, así que ya era hora de ponerse al día con los pueblitos y lugares recónditos de esta preciosa Península Ibérica. Llegamos el 7 a Madrid, donde mi querida madre nos esperaba con un cocido de los que tienen después una siesta obligatoria. Estuvimos charlando toda la tarde y disfrutando del reencuentro con mis padres y mi hermano. Al

Mundo ibérico: Navarra

Bueno, después de mucho tiempo en debate interno, mío y personal, y viendo que durante el tiempo que me paso viviendo en Madrid hago muchas salidas por la península, voy a narrarlas aquí también, o al menos colgar algunas de las fotos que saque en esos periplos ibéricos. Estuve esta semana cuatro días en Navarra, durmiendo en casa de Ana (mi compi de casa en Chile y compi de viaje en Sudamérica), en su pueblo Uharte Arakil, donde su familia me trató espectacular. También nos juntamos con Irati, Eider y Mirentxu. Nada más llegar tuvimos una larga noche de pinchos y cañas por Pamplona, alucinante ver cómo un bar de cañas pasada cierta hora de la noche, aparta las sillas,