Un fin de semana cualquiera, más concretamente el del 8-9 de Diciembre de 2018, nos fuimos Vero, Mario y yo hasta el Cotopaxi. Aunque había ido varias veces a este Parque Nacional, nunca había subido caminando hasta el refugio, y mucho menos hasta los pies del glaciar. Dejamos el coche en el parquing que está a los pies del refugio y caminamos los escasos metros que lo separan de él, por una pendiente con una inclinación pronunciadísima, que sumada a la altura, hace que uno pierda el aliento y se le salga el corazón por la boca. Una vez en el refugio, nos tomamos un mate de coca y cogimos fuerzas para caminar los 20 minutos que separan a este
Sigue
Hice noche en la pequeña ciudad de Foz do Iguaçu, donde diversos turistas recorrían las calles principales en busca de picanhas, caipirinhas y cervezas bem geladas. El calor pegaba duro, y aunque me había imaginado una suerte de pueblo turístico repleto, me sorprendió que finalmente no eran tantos. Madrugué y cogí un autobús hasta la entrada al Parque Nacional do Iguaçu, donde, ahí sí, cientos o miles de extranjeros se abalanzaban sobre las taquillas para comprar sus boletos. Cientos de diversas actividades son ofrecidas y uno se queda aturdido ante tanta opción. Averigüé que en el interior también se podían comprar tickets, por lo que finalmente decidí comprar la entrada sencilla y pensar en las otras actividades durante el camino.
Sigue
Me avisaron en Puerto Quijarro (BO), que desde muy temprano se acumulan las personas en la frontera queriendo pasar hacia Brasil. Aunque la migración no abría hasta las 8:00, recomendaban estar allí un par de horas antes. Llegué a las 6:30 y ya había delante de mí unas 20 personas, y a las 8:00, la fila de gente que se acumulaba detrás de mí, ya era incontable. Todo tipo de personas se agolpaban en esta migración, pero los que más llamaban la atención (a parte de mí), los menonitas. Esta gente se instaló en Sudamérica a inicios del siglo XX, y mantienen unas tradiciones fundamentalistas cristianas basadas en el pacifismo. Su origen se encuentra en Holanda, allá por el siglo
Sigue
Nos fuimos con Vero a visitar un lugar que yo había visto por internet hace tiempo. Una casita perdida en un pueblo cercano de Ibarra llamado San José de Sigsipamba. Las imágenes casi diarias de avistamientos de oso de anteojos promocionadas en su facebook llamaban la atención e incitaban a ir hacia allá. Cuando llegamos, anocheciendo, nos estaba esperando Danilo, entusiasmado y ansioso por mostrarnos los osos de anteojos que se pueden ver al otro lado de la quebrada a la que da su propiedad. Cenamos un plato tradicional mientras escuchamos mil historias del lugar y vimos los múltiples vídeos que él quiso enseñarnos. Por la mañana nos despertaron con urgencia pidiéndonos que “como estuviésemos” fuésemos corriendo hasta esta quebrada
Sigue
Madrugamos para hacer el tour por el parque. Yo recordaba haber ido con unos 12 años en octavo de EGB y nos subieron a unos pequeños autobuses 4×4 que nos metían por las dunas, una aventura total que esperaba repetir. Sin embargo, cuando me puse a averiguar los tours que había, me encontré con que había cientos de operadoras que se llaman de forma semejante y con información confusa. Finalmente opté por una en la que entendía que veríamos las marismas y también las dunas. Cuando salimos nos explicaron que esa ruta no visitaba las dunas y que se metía solamente por las marismas y los bosques de pino. Adicionalmente, la van no era de las que yo recordaba, era
Sigue
A este inmenso parque hemos ido en dos ocasiones, la primera de ellas, de camino a Limoncocha, donde paramos para visitar unas cascadas espectaculares. A la ida hacia el oriente paramos a visitar la cascada de San Rafael, que cae en un hueco de piedra levantando una bruma de vapor de agua rodeada de exuberante vegetación y todos los tonos de verde que puedas imaginar. Al regreso bajamos para visitar la cascada mágica, la cual no me queda claro que esté dentro del parque, porque una señora te cobra un dolar al pasar por el camino que te lleva hasta esta. En cualquier caso, es una masa de agua que cae, y a la que uno se puede aproximar mucho,
Sigue
En una escapada relámpago de fin de semana, nos fuimos hasta el Parque Nacional Sangay para volver a asistir a este pequeño festival ecuatoriano donde diversos pueblos indígenas de los Andes se aglomeran para presenciar músicas y bailes diversos. En esta ocasión pudimos presenciar el ritual que se hace con uno de los cuvivíes muertos, ofrendas de frutas y flores e inciensos de todo tipo. Parece ser que estos pájaros, provenientes de Estados Unidos, durante esta época del año “se suicidan” en las lagunas. La última teoría que me contaron es que llegan muy cansados del viaje, bajan hasta el agua de golpe y con el shock térmico fallecen. En fin, que la historia del suicidio colectivo es mucho
Sigue
En 2009 visité por primera vez Brasil, y por aquel entonces llegué en barco desde Perú, haciendo parada en la isla de Santa Rosa de Yavarí (Perú) y entrando por Tabatinga hacia Brasil, prosiguiendo mi camino hacia Manaos. En este punto se juntan tres países amazónicos, Perú (Santa Rosa), Brasil (Tabatinga) y Colombia (Leticia), y en esa ocasión no hubo tiempo de pasar hacia Colombia ni por un ratito. Ocho años después, y con unos años de viajes en la espalda, he tenido la oportunidad de visitar Leticia, el punto que me faltaba para haber puesto el pie en los tres países de esta bonita triple frontera aislada del mundo. Llegando a esta ciudad desconectada del país y metida en
Sigue
Aprovechando una salida de trabajo hacia Puerto Maldonado, en Perú, pude hacer una pequeña visita de dos días a la Reserva Nacional Tambopata. Un área protegida amazónica característica por las “collpas” de guacamayos; unos acantilados calizos donde los guacamayos y loros suelen ir a chupetear y proveerse de micronutrientes necesarios para sus vidas. Madrugamos como locos para dirigirnos a Tambopata, previo paseo por la ciudad de Puerto Maldonado y disfrutar del enorme mirador con forma de árbol de castaña donde puedes apreciar el lugar donde se juntan el río Tambopata y el Madre de Dios. Tras un camino de un par de horas en cuatro por cuatro y después una hora de lancha por el río, llegamos hasta la famosa
Sigue
Durante los meses de diciembre y enero, en la Reserva de Maquipucuna (una reserva privada en la zona de Nanegal, que sorprendentemente sigue siendo parte de Quito) suelen frecuentar muchos individuos de oso de anteojos, el único oso sudamericano y en estado vulnerable de conservación. Se acerca a esta zona porque hay una gran cantidad de aguacatillo, un árbol que produce una de sus frutas favoritas. Es un animal huidizo y difícil de ver, sin embargo tuvimos la suerte de encontrarlo a unos pocos metros de distancia. Esta experiencia es única y ocurre a un par de horas de coche de casa. El paseo fue agradable, pero este fue uno de los últimos avistamientos de oso de la
Sigue
Tras la escala en Santa Cruz, salimos hacia la Isla de Isabela. La llegada fue medio desconcertante, pues existe un caos generalizado en el puerto y te cobran una tasa por entrar, cosa que en las otras islas no pasa. Entre el caos y la polvareda de las calles sin asfaltar acabamos subidos a una chiva (creo que aún no había hablado de las chivas en este blog; son unos camiones habilitados para que la gente se siente y pasee, donde suelen poner música, y en ciudades como Quito o Guayaquil, se convierten en puras discotecas móviles). En nuestro caso, la chiva era solo para llevarnos hasta el hotel, sin música, sin bebida y sin locura. Todo el pueblo de
Sigue
El tercer día nos fuimos hasta la isla de San Cristobal, en una de las lanchas que sale cada día a las 7:30 de la mañana. Habíamos contratado (Espe y yo) un tour para visitar la playa Cerro Brujo, donde los lobos marinos descansan tranquilamente echados en la arena. Después, nos llevaron hasta León Dormido, un gran grupo de peñas en medio del mar con mucha profundidad, entre las cuales se crean corrientes y es habitual ver todo tipo de animales, entre ellos el famoso tiburón martillo. Pudimos bucear aquí y alucinar con toda la cantidad de vida en las inmediaciones de estas rocas. En esta ocasión, aunque vimos infinito número de especies animales nadando en este lugar, no pudimos
Sigue
El segundo día, ya instalados en Puerto Ayora, salimos temprano para visitar la famosa playa de Tortuga Bay. Puerto Ayora es la capital de la isla Santa Cruz, una ciudad pequeña, y sin embargo mucho más caótica y desordenada de lo que me habría imaginado. Cuando viajas hacia Galápagos, las expectativas son la paz y la tranquilidad, y uno se imagina hermosos lugares poblados de pausados habitantes que viven en armonía con la naturaleza. En contraposición a esta imagen idílica uno se encuentra un sector turístico completamente desordenado donde todos compiten a ver quién saca más dinero; múltiples coches y camiones soltando humo y haciendo ruido, junto con restaurante improvisados y gente insistiéndote para entrar en ellos. Todo esto,
Sigue
Regresando a Ecuador, nos embarcamos con amigos un fin de semana a un festival de música que pintaba entretenido y que en realidad fue bastante mediocre. Lo pasamos bien de todas formas, pero lo más importante fue la visita que hicimos al famoso Chimborazo y a la ciudad de Riobamba. Esta ciudad siempre había pasado desapercibida para mí, lugar de paso hacia otros lugares y que sin embargo oculta unas bellezas coloniales que nunca me habría esperado. Paseamos conociendo las callejuelas, la plaza, el colegio Maldonado o la estación de tren. La “Sultana de los Andes” fue fundada en 1534 siendo la primera fundación española en lo que ahora es Ecuador. Ir a Riobamba y no visitar el mercado
Sigue
Para finalizar unas pocas fotos de lugares de los que ya he hablado en el blog previamente, y cuyas entradas se pueden ver en los siguientes links: – Guayaquil – Refugio de Vida Silvestre Marino Costero Pacoche – Isla de la Plata – Isla Corazón y Fragatas– Reserva Ecológica Manglares Churute Conseguís averiguar de dónde es cada foto? En esta ocasión, en Guayaquil, fuimos al parque de las iguanas en un momento de muchísimo sol, y aquello estaba repleto de iguanas, es espectacular, ¡¡no sé cómo consiguen sobrevivir tantos de esos bichos en un espacio tan pequeño!!