Paseo express sobre el río Negro

Tuve la suerte de participar en un evento en Manaus, Brasil, hace unos meses. Si recuerdan, yo ya pasé por aquí hace unos años, atravesando ríos hasta esta curiosa ciudad amazónica, donde visité la hermosa ópera colonial y paseé por su paseo marítimo.   Esta vez navegamos por el Río Negro y visitamos algunas de las aldeas afincadas a sus orillas del Parque Nacional de Anavilhanas, con categoría de uso sostenible.   Pudimos visitar una comunidad que se dedica al cultivo de mandioca (yuca) y a la producción de farofa, una especie de harina de mandioca tostada que se echa para aderezar las comidas. También pasamos por un lugar terriblemente hortera donde los turistas (principalmente nacionales) se dedican a meterse

Manaus

Llegamos a Manaus, ilusionados, esperando continuar nuestro viaje hasta el sur, a Porto Velho y de ahí a Bolivia. En todos los mapas que consulté aparecía dibujada una carretera de Manaus a Porto Velho, y miré muchos mapas y muchas páginas web, pero qué es lo que pasa cuando llegas aquí?? Te dicen que esa carretera ya no hay buses que quieran hacerla porque está muy deteriorada, y claro, es normal, porque a quién se le ocurre hacer una carretera que cruce toda la Amazonía?? hay que estar loco. Tras unos primeros momentos de bajón y de indecisión bajo la lluvia torrencial correspondiente a estas fechas en la selva, decidimos mirar vuelos. Al final hemos encontrado uno barato para el

Ordem e progresso

Estamos en Brasil, más concretamente en Manaus, capital de la amazonía brasilenha, antigua colonia de explotación del caucho. Tras dos noches de barco hasta la triple frontera, llegamos a Tabatinga, desde donde, por suerte, conseguimos un barco el mismo día hasta Manaus, en el que pasamos otras tres noches en hamacas… Informo a lectores anónimos, que la migración de Tabatinga está lejos del puerto, que los barcos brasileños son mil veces mejores, con límite de pasajeros, con baños limpios y comida mejor y en más cantidad. Los cajeros automáticos de Tabatinga tienen unas colas impresionantes y estuvimos un buen rato aprendiendo a utilizarlos, porque hay que meter y sacar la tarjeta varias veces. Casi perdemos el barco con la tontería